MADRID / ORTVE: músicas intertextuales
Madrid. Teatro Monumental. 11-I-2024. Camille Thomas, violonchelo. Orquesta Sinfónica RTVE. Director. Christoph König. Obras de Montsalvatge, Say y Prokofiev.
Más allá de un mero eclecticismo, hay obras en las que se cruzan procesos intertextuales que interaccionan diversas técnicas de actualidad con acervos musicales diferentes -propios o ajenos- y el concierto de la Orquesta Sinfónica RTVE nos ofreció tres ejemplos cumplidos y diferentes de tal hecho.
No suele ser muy generosa la programación en general con los grandes compositores de nuestro pasado más reciente, y el que se toque una obra de un maestro tan distinguido como Xavier Montsalvatge es para celebrarlo, sobre todo cuando se trata de una composición de su primera madurez, excelente y nada escuchada. Se trataba de Caleidoscopio, una pieza de 1955 perteneciente a su curiosa etapa “antillana” en la que también se insertan el magistral Cuarteto Indiano y las famosas Canciones negras. Cuatro excelentes piezas integran una partitura en la que una técnica de música objetiva se cruza con la música caribeña, pero concebida desde su origen español. Música excelente y bien tocada que merece conocerse.
Fazil Say (1970) no solo es un pianista de renombre internacional, sino también el mejor compositor turco actual; maneja una intertextualidad de lenguajes en la que lo romántico convive con la vanguardia, el jazz, y la investigación profunda sobre las músicas populares de Anatolia. Tuvo problemas políticos en su país y también en otros por su militancia pacifista. Su concierto para violonchelo y orquesta Never give up (No te rindas) fue escrito en 2017 y es una obra tripartita en la que hay una auténtica fusión de sonidos que suelen partir del casi silencio para atravesar territorios violentos y ascender a otras regiones. Termina fundiendo un sonido casi inaudible con la pura atmósfera. Habla de superación humana en tiempo de violencia y su parte solista es como una voz que no se deja extinguir. La parte solista, realmente difícil, fue defendida esplendorosamente y de memoria por su dedicataria, la violonchelista francesa Camille Thomas, que estuvo magnífica y obtuvo un gran éxito pese a que la obra acaba de manera muy tenue. Ofreció como bis una versión, supongo que suya, muy elaborada y personal de El cant dels ocells.
Aunque el ballet Romeo y Julieta se considera hoy una de las mejores obras de Prokofiev y posiblemente de las punteras de su etapa soviética, fue rechazado por el Kirov y el Bolshoi y solo se estrenó en una ciudad checa secundaria como era Brno. Su éxito internacional sólo llegó con la hoy día legendaria coreografía de John Cranko para el ballet de Stuttgart. Una obra basada en una tragedia inglesa de argumento italiano y que musicalmente no solo emplea un lenguaje internacional impecable, sino que es profundamente rusa en un nuevo y distinto ejemplo de intertextualidad.
Aunque sigue siendo una sólida pieza del repertorio de danza, ha conocido gran difusión a través de las tres suites sinfónicas que el autor estableció y generalmente se tocan en selecciones de piezas que cada director ordena a su gusto. En el caso de este concierto había piezas de las dos primeras para terminar con una de la tercera. Una selección bien hecha y equilibrada.
El concierto estuvo dirigido por el titular de la agrupación, el maestro Christoph König, que comprendió muy bien la obra de Montsalvatge, acompañó con acierto y sensibilidad a la solista, y brilló con un Prokofiev en el que la energía se balanceaba con una nobleza expresiva y una poética refinada. Muy bien el maestro, pero no menos la orquesta que está en un momento excelente y sonó con competencia técnica y capacidad expresiva. Y así, las obras tocadas y la manera de hacerlas nos brindaron una sesión sinfónica de muy buena categoría.
Tomás Marco