MADRID / Obra abierta de Cruz de Castro
Madrid. SGAE (Sala Manuel de Falla). 10-XI-2021. XXIII edición del Festival de Música Contemporánea de Madrid. Dúo Anmar (Marisa Manchado y Ana Vega Toscano, pianos y perfomance). Obras de Carlos Cruz de Castro.
Continuando con su amplia agenda de conciertos, el COMA 21, la XXIII edición del Festival de Música Contemporánea de Madrid, ha querido rendir homenaje, con motivo de su 80 cumpleaños, a Carlos Cruz de Castro, uno de los más importantes compositores de ese periodo intergeneracional que comprende a autores nacidos al final de los 30 y principio de los 40. Cruz de Castro es un compositor original, con voz propia, que ha sabido transitar por diversos caminos creativos y muestra un importante corpus compositivo en la orquesta, los grupos de cámara y el piano e incluso en la ópera donde su única producción, con libreto de Javier Alfaya, El gran inquisidor sigue, como tantas otras, esperando la oportunidad de subir a la escena.
La originalidad de este homenaje consistía en reactivar una etapa del compositor centrada en los años 60 y 70, donde experimentaba con obras abiertas, gráficas y aleatorias y también con la perfomance que, ni de lejos, es una cosa de hoy como pretenden algunos ingenuos actuales que reviven sin saberlo lo ya hecho por bastantes hace tiempo.
En esta etapa nos encontramos con obras tan teatralmente sugerentes como Modales que mezcla la acción pianística con la declamación de textos sobre urbanidad decimonónica. O con el activo componente aleatorio de las Variaciones laberinto. Otras eran posteriores como la Marcha del soldadito de plomo o la reciente Piano, dedicada al dúo que actuaba en esta ocasión.
Con todo este material, Marisa Manchado y Ana Vega Toscano [en la foto] pergeñaron un continuo de directo contenido teatral pero también con amplia proyección sonora en la que había piano, acción sobre el piano, piano de juguete, instrumentos percutidos, voz recitada y acción. Había una directa intención de rescate de una época y de homenaje a un autor y, como colofón, las intérpretes dedicaron al compositor una improvisación final sobre todos los materiales que se habían escuchado en el concierto. La idea de toda la sesión era excelente y nos devolvía a la realidad de un tiempo que fue anticipado y donde Carlos Cruz de Castro fue un pionero. En esa línea se echaban de menos obras tan emblemáticas como Menaje, pero es para más intérpretes y está claro que no se puede hacer de todo. Pero el periodo del autor fue vivido con fervor y esperamos que otras instituciones reactiven las sinfonías, la cantata en idioma náuhalt y tantas obras donde el compositor madrileño ha demostrado su talento y aportado no poco al patrimonio creativo español.
De momento, felicidades al COMA por la iniciativa y por todo lo que está presentando en su festival.
Tomás Marco