MADRID / ‘Marie’: sermón, guiños, ¿música?
Madrid. Teatro de la Abadía. 12-I-2021. Germán Alonso, Marie. Libreto: Lola Blasco. Nicola Beller Carbone, soprano. Xavier Sabata, contratenor. Julia de Castro, Pablo Rivero Madriñán y Luis Tausía, actores. Director: Rafael Villalobos. Producción: Teatro Real y Teatro de la Abadía.
Un sermón inicial, voz en off, creo que grabada: refrito desde Beauvoir hasta Friedan, no sé si con ayuda adicional de Shere Hite. Una admonición: la faute à Rousseau. ¿Ingenuidad? Hay algunos que tendrían carnaza con tan elemental discurso de buena conciencia. Si teatro es situación dramática, esto no lo es; la situación la llevas puesta de Berg y Büchner, aquí vienen la consecuencia y las variaciones-guiño: variaciones Woyzeck o Wozzeck, variaciones doctor, variaciones capitán o tambor mayor, incluso ‘guiño Lulu’ (“No lo sé”, repite la heroína de Wedekind y Berg), pero solo dramáticas, no musicales. El colmo: las limpiadoras, al final, que son doctor y capitán, apuntes de Wedekind y enterradores de Hamlet.
Se pierde la cuenta de las veces que la palabra puta y sus sinónimos se pronuncia en escena. Es el mundo patriarcal que califica así a Marie, ¿lo pescan? Para poder maltratarla, más que nada. Si ópera es canto con situación dramática, esto no lo es, la línea vocal es pobre, aunque el compositor trata de respetar la prosodia (a diferencia de tantos colegas, que dialogan en blancas). Me dirán: ¿ah, pero está usted ahí todavía, en qué siglo operístico vive? Yo, en el XXI, modestamente; ustedes tratan sin éxito de ocupar un lugar en 1965, más o menos.
Raras veces se canta en esta secuencia de cien minutos. Se habla mucho, a veces parece una pieza francesa. La faute à Voltaire. Cuando parece que cantan son la soprano y el contratenor, excelentes artistas, lástima. Lo que se canta es monotonía de pesadumbre, un mal Sprechsgesang que se deslizara hacia el canto (eso pasa mucho con Pierrot lunaire, ya saben, qué peligro). Cuando los instrumentos y la música grabada intervienen, renuncian a lo dramático, envuelven, en el mejor de los casos son paisaje. Mucha referencia, mucha cita, incluido el pop. ¿Me equivoco si pienso que Adams y Glass hacen estragos, y no porque Marie se les parezca?
Mucha palabra y bastante moralina; desnudos gratuitos, qué frío; muy buenos profesionales del canto y la actuación; una enorme cruz de neones (digamos neones) que podría dar mucho juego, y da poco. Es un gran esfuerzo, es lamentable que uno pueda calificar todo este trabajo de meses y meses con unas líneas así. Puede que sea injusto, ya lo expresó Debussy, así que lo lamento. Pero, reconózcanlo, tampoco es justo lavarse la conciencia contra esto y lo otro con tan pobres maneras. “No puedes ser grande a bajo precio”: la faute à Balzac.
Santiago Martin Bermúdez
(Foto: Javier del Real)