MADRID / La ‘Oda a Napoleón’ como diatriba sonora
Madrid. Sala de la Fundación BBVA. 20 abril 2024. Harald Hieronymus Hein, barítono. PluralEnsemble. Director: Fabián Panisello. Obras de Pärt, Adès, Buide, García Tomás, Sciarrino y Schoenberg.
Vuelve el ciclo del PluralEnsemble a la Fundación BBVA con tres conciertos de nueva música del máximo interés, el primero de los cuales fue llevado a cabo, bajo la dirección de Fabián Panisello, con la intensidad y la perfección que el grupo sabe exhibir con la música de hoy y la adecuada y competente dirección de quien es su fundador y titular.
Se empezaba con Psalom, una obra del estonio Arvo Pärt (1935) famoso por su minimalismo espiritualista que le ha dado a conocer en todo el mundo. La obra, de la que hay varias versiones, se basa en el Salmo 112 de la liturgia eslava. Fue compuesta en 1985 para festejar el 90 cumpleaños de su editor y se desarrolla en varias frases temáticas y largos silencios que evocan un ambiente sacro.
Muy conocido también internacionalmente es el británico Thomas Adès (1971), de quien se presentaba la obra Court studies, compuesta en 2005 y que desarrolla para cuatro instrumentos algunos momentos de su importante ópera La tempestad. La obra esboza algunos caracteres de la pieza teatral con ese personal eclecticismo con el que Adès ha logrado la atención internacional.
Del Fernando Buide (1980) se presentaba otra obra para cuarteto instrumental, Trazo.Diferencias, de 2008, que muestra la gran personalidad del compositor gallego para manejar lenguajes actuales con sensibilidad poética y acertada capacidad para transmitir sus ideas y sensaciones. Buide hace una música muy personal y también de gran fondo lírico.
De la barcelonesa Raquel García Tomás (1984) se tocaba la Canción al alba, que surge en 2008 para cuarteto de cuerda y ha tenido varias versiones. No por su brevedad deja de tener una gran carga expresiva, donde calma intensa y potencia sonora se conjugan con verdadera expresividad y mayor inquietud de la que sugeriría el título.
De uno de los grandes de la actual música italiana, Salvatore Sciarrino (1947) se tocaba su excelente quinteto instrumental Centauro marino de 1984, un aguzado estudio tímbrico a base de dinámicas y ataques que evoca la poética particular de los desiertos marinos y que sustituye la agresividad de la llamada “nueva complejidad” por los espacios interiores y poéticos del umbral de la audición, aunque no falten pasajes muy sonoros.
Pero la pieza base del programa era una de más las grandes y menos interpretadas obras del último Schoenberg, una obra capital del siglo XX. Muy influido por la persecución nazi y la guerra, dedicó algunas obras a reflexionar sobre ello, con piezas bien conocidas como Un superviviente de Varsovia. La Oda a Napoleón, op.41 la escribe en 1942 para recitador, cuarteto de cuerda y piano usando el texto que con ese título escribió en 1814 Lord Byron con motivo de la reclusión de Napoleón en Elba. Byron apuntaba a un tirano, aunque para él representaba toda tiranía, cosa que llama la atención de Schoenberg, ya que la podía adaptar a Hitler y a otros dictadores. Plantea así una obra intensísima que probablemente no se toca más porque instrumentalmente es extraordinariamente difícil (aunque sumamente eficaz)
La parte del recitador no es cantada estrictamente, sino que se acerca al “sprechgesang” y la música usa dos hexacordos muy especiales con los que construye una peculiar escala dodecafónica manejada con tanta habilidad como para terminar en Mi bemol mayor (la tonalidad de la Heroica beethoveniana) y citar La Marsellesa y la Quinta sinfonía de Beethoven, que está en Do menor, la relativa menor de ese Mi bemol mayor con que todo culmina. La obra se desarrolla en introducción y cuatro partes recitadas separadas por interludios. Es una diatriba el texto de Byron y en igual medida lo es la música de Schoenberg, pero son diatribas necesarias, gritos artísticos que, sin dejar de ser gran arte, apelan a la Humanidad. En realidad, es una gran obra maestra que atenaza con su intensidad constructiva y expresiva. Harald Hyeronimus Hein la dijo con especial acierto y los miembros del Plural, Ema Alexeeva y Erica Ramallo, violines, Ana María Alonso, viola, Mikolaj Konopelsi, chelo y Duncan Gifford, piano, todos bajo la dirección de Fabián Panisello, se esmeraron en hacer una versión profunda y bien sentida que dio la verdadera dimensión de una obra importante en el pensamiento musical y humano del siglo XX a través de un texto que nos interpela desde el XIX.
Tomás Marco