MADRID / Isata y Sheku Kanneh-Mason: virtuosismo y delicadeza
Madrid. Auditorio Nacional. 14-IV-2021. Ciclo Liceo de Cámara XXI del CNDM. Sheku Kanneh-Mason, violonchelo. Isata Kanneh-Mason, piano. Obras de Beethoven, Bridge y Britten.
Isata (pronunciado Áisata) y Sheku son hermanos. Pianista ella, violonchelista él. No son desconocidos para los lectores de la revista SCHERZO. Uno tuvo la oportunidad de entrevistarlos para la revista (nº 341 de junio de 2018 y nº 356 de noviembre de 2019) con motivo del lanzamiento de sus respectivos álbumes de debut en solitario. Sheku se estrenó en el mundo discográfico con Inspiration en 2018; Isata hizo lo propio en 2019 con Romance, un CD con obras de Clara Schumann. Ambos prometían mucho y la promesa se cumplió. Quiero decir que no defraudaron en absoluto. El público madrileño los ha visto ahora debutar en directo. Ambos superaron las expectativas que a uno le habían generado cuando pudo escuchar Inspiration y Romance hace unos años. Durante el recital los dos hermanos estuvieron ‘inspirados’ y ‘románticos’.
En el programa, un alemán y dos británicos. El recital comenzó con unas palabras en inglés por parte de Sheku para presentar la primera de las obras: la Sonata para violonchelo y piano nº 4 en Do mayor op. 102 nº 1 de Beethoven. Compuesta en 1815, esta sonata consta de dos movimientos. Los dos hermanos la interpretaron con mucha solvencia. Fue un Beethoven muy romántico. Quizás el sonido del piano tapó al violonchelo en algunos momentos y algunos pasajes podrían haber estado más articulados —cuestión de gustos, claro está—, pero el resultado fue estupendo. Sheku volvió a intervenir en inglés para presentar la Sonata para violonchelo y piano en Re menor H 125 de Frank Bridge. Los dos hermanos se lucieron. Dominan el repertorio británico a su antojo. La sonata es un ‘obrón’. Bridge la compuso entre 1913 y 1917, durante la Gran Guerra. Consta de dos movimientos: Allegro ben moderato y Adagio ma non troppo – Molto allegro agitato. En el primer movimiento aparece un tema memorable que resurge en la conclusión de la obra. ¡Fabulosa interpretación! A la sonata le siguieron tres breves piezas también de Bridge: Canción de primavera H 104, n.º 2 (1912), Melodía H 99 (1911) y Scherzo H 19a (c. 1902). Tres sencillas canciones magníficamente interpretadas por los Kanneh-Mason, sobre todo el Scherzo.
Frank Bridge (1879-1941) fue maestro de Benjamin Britten (1913-1976) y fue Britten el siguiente compositor en el programa elaborado por los dos hermanos. Sheku volvió a hablar en inglés para presentar las dos obras del compositor de la ópera Peter Grimes que se estrena próximamente en el Teatro Real. La primera de ellas la compuso Britten en el último año de su vida para el director de orquesta suizo Paul Sacher (1906-1999). Lleva por título Tema “Sacher” porque el tema principal es una translación musical —Mi bemol, La, Do, Si, Mi, Re— de las letras del apellido. La estrenó Mstislav Rostropovich, amigo de Britten. La obra, para violonchelo solo, es breve, intensa y está llena de cuerdas dobles. Fue también Rostropovich quien estrenó la Sonata para violonchelo y piano en Do mayor op. 65. Britten la concluyó en enero de 1961. Isata y Sheku la interpretaron con genialidad, volvieron a lucirse y a demostrar que dominan el repertorio británico. El público lo agradeció con gran aplauso y la pianista sorprendió a los asistentes anunciando en español la propina que iban a tocar, una delicada y memorable canción de cuna del estadounidense Samuel Barber. Virtuosismo y delicadeza.
Michael Thallium
(Foto: Elvira Megías)