MADRID / El milagro Achúcarro y el minimalismo femenino
Madrid. Teatro Monumental. 2-XI-2023. Orquesta Sinfónica de RTVE. Joaquín Achúcarro, piano. Director: Leonard Slatkin. Obras de McTee, Chopin y Sibelius.
Joaquín Achúcarro sigue siendo a sus noventa y un años un verdadero milagro. No solo es el máximo pianista español vivo a escala universal, sino que sus interpretaciones son siempre lecciones magistrales que, además de exhibir la máxima madurez, parecen enteramente nuevas y juveniles por la convicción y energía con que las expone. Eso ha ocurrido de nuevo con su intachable versión del Concierto nº 2 de Chopin, el primero que escribiera pese a la numeración y que es más problemático para tocar y menos popular que el otro, junto a la Orquesta Sinfónica de RTVE. Daba gusto verle y oírle, mostrar su técnica irreprochable, la hondura de su concepción musical, la elegancia de su fraseo y el encanto de su sonido. Toda una fiesta musical, toda una celebración del arte que enardece a los públicos no por lo que fue o significó sino por lo que es y significa. Este es el milagro que esperemos nos dure muchísimo más. La calurosísima acogida fue agradecida con un Nocturno chopiniano.
Dirigía un músico norteamericano de ejecutoria amplia y brillante que actúa en España con cierta regularidad desde hace tiempo, Leonard Slatkin. Es un maestro interesante y fiable que acompañó muy bien a Achúcarro y en la segunda parte hizo una excelente versión de la Sinfonía nº 1 de Jean Sibelius, una obra que, pese a la variedad que el autor finés muestra en este género, sigue siendo sólida aunque no tenga el gancho popular de la segunda o la especulación formal de la séptima, quizá por asumir más directamente el romanticismo que él siempre profesó aunque sin prescindir del componente nacionalista. Pero entre lagos y bosques también asoma la oreja el genio de Chaikovski. Música para escuchar sin dificultades que fue bien expuesta por el director y muy intensamente tocada por los profesores de la Orquesta de RTVE.
El programa presentaba una novedad entre nosotros, la obra Circuits de Cindy McTee (1953) quizá la más notable representante femenina de ese minimalismo repetitivo que se ha convertido en una especie de nacionalismo americano. McTee ha desarrollado una amplia carrera dentro y fuera de Estados Unidos con obras de todos los géneros, menos el operístico. Aunque entre sus profesores hay vanguardistas reconocidos como Jacob Druckman, el influjo más cercano es el de John Adams, si bien ella usa esa técnica con más contención en la reiteración y con un fino trabajo tímbrico y dinámico que le otorga un rasgo personal. Circuits es una obra que ha circulado bastante tanto en versión orquestal como en otra, todavía más tocada, para vientos y percusiones. Es directa y breve, tal vez demasiado breve para su material, y llega muy bien al público. Slatkin ha tocado muchas obras de McTee cuando ella, que fue una reconocida profesora, se jubiló como emérita en la North Texas University. Ambos se casaron en 2011. Ahora son una interesante pareja musical que acaba de dejar su impronta en Madrid en un concierto que se va a recordar también por el milagro Achúcarro.
Tomás Marco