MADRID / Camarena volvió, cantó, triunfó

Madrid. Teatro Real. 12-VII-2023. Javier Camarena, tenor. Orquesta Ciudad de Granada. Director: Iván López-Reynoso. Mariachi “Sol de América”. Páginas de Donizetti, Verdi, Massenet, Chabrier, Chapí, Moreno Torroba, Gardel, Consuelo Velázquez, Sorozábal, Lara y otros.
El tenor mexicano Javier Camarena se metió al público del Teatro Real en el bolsillo en 2014 con un Tonio donizettiano (La hija del regimiento) de desprendida entrega, una complicidad revalidada en sucesivas interpretaciones del belcantismo romántico (La favorita, Lucia di Lammermoor, L’elisir d’amore, I puritani, Il pirata). En este nuevo recital, tras otro exitosísimo en plena pandemia, volvió a evocar en parte ese repertorio, pero salpimentado, como suele hacerlo, con fragmentos de zarzuela y canciones preferentemente de su tierra, por las que siente un lógico interés.
Camarena tenía una voz de tenor lírico con agilidades de ligero, con una extensión al agudo suntuosa, un estilo de canto de enorme calidad y con una generosidad de acentos contagiosa. A ello se suma la simpatía que transmite a unos espectadores que, de inmediato, se sienten receptivos, entusiastas y fascinados por semejante arrolladora personalidad. Sin embargo, por lo escuchado ayer, la voz de Camarena ha cambiado. Se ha vuelto más hacia el centro y ha adquirido densidad y oscuros colores, sin perder imaginación ni cualidades interpretativas.
El cantante recordó su disposición para el bel canto con la bellísima Talor nel mio delirio del donizettiano Enrico de Maria di Rudenz con su preceptiva cabaletta, que no retomó, probablemente, por sus notas agudas. La misma disposición mostró como Oronte en I Lombardi de Verdi. Finalizó la primera parte con dos soberbias versiones massenetianas: diferenció sutilmente las dos estrofas de la canción de Ossián de Werther y entró de lleno en el estado de ánimo de Des Grieux en el aria de San Sulpicio.
La segunda parte fue totalmente hispana. En diverso contraste fue del elegante lirismo de Javier en Luisa Fernanda a la apasionada defensa femenina de Leandro en La tabernera del puerto. Lo más festivo apareció entre el tango y el bolero, El día que me quieras y Enamorada y, especialmente, acompañado por un magnífico conjunto de mariachis, en las rancheras Malagueña (exhibiendo un fiato casi imposible) y El Rey, donde arrasó. Lo mismo ocurrió con una originalísima traducción de Granada de Lara. La propina fue otro bolero, Contigo en la distancia.
Iván López-Reynoso acompañó al solista como corresponde y se lució en varios fragmentos orquestales, a destacar un deslumbrante preludio de La Revoltosa y una pulcra obertura de Anna Bolena. La orquesta se mostró adecuada al repertorio escogido.
Fernando Fraga
(fotos: Javier del Real)