MADRID / Bienvenida, señora Richter
Madrid.Teatro de la Zarzuela. 13-X-2020. XVII Ciclo de Lied. Anna Lucia Richter, mezzosoprano. Ammiel Bushakevitz, piano. Obras de Mahler, Wolf y Schubert.
Para quienes creemos vivir una época dulce y áurea del canto camarístico, el debut madrileño de Anna Lucia Richter resulta un acontecimiento. Ante todo, por la exigencia de un programa que, para eludir toda monotonía, exige cultura, fineza, dominio técnico, autoridad estilística y articulación intencional de los textos. Todo ello fue luciendo gradualmente en el programa de la cantante.
En efecto, empezar con Mahler para llegar a Schubert, invirtiendo el tópico, exige dominar el verso, yendo más allá de la canción estrófica hacia líneas verbales más largas, variantes sin repetición y un recitado más expandido. Tampoco Mahler es Wolf, quien tiene mayor sentido de la escena y cuyo tratamiento de la versificación no es de una languidez decadente sino el propio de un visionario, a menudo un sonámbulo. Por fin aparece Schubert, con un trato más regular de los textos, una armonía menos compleja, un piano mucho más tenue y, finalmente, si se quiere, una canción más claramente cancionera.
Sobre esta base, Richter lució unos medios vocales paradigmáticos de la mezzo lírica de cámara, con una tenuidad ejemplar en los pasajes de un material pulposo y flexible, esmaltado y por momentos brillante. La emisión depurada y la musicalidad infalible hicieron el resto. Hubo momentos de antología como Urlicht en Mahler, Verborgenheit en Wolf y Gretchen am Spinnrade en Schubert. El pianista colaboró con su compañera. Lo hizo de modo atento y correcto.
Blas Matamoro
[Foto: Rafa Martín]