Los espacios abiertos de John Luther Adams
JOHN LUTHER ADAMS:
The become trilogy. Seattle Symphony. Dir.: Ludovic Morlot (Cantaloupe)
Algunos compositores suelen utilizar sus segundos nombres de pila como modo de protegerse de rivales con similares patronímicos. Había tantos Bach en la época de JS, que por regla general era llamado Sebastian, precisamente para evitar confusiones con todos los demás Johanns.
En nuestros tiempos, el compositor John Adams estampó una marca indeleble sobre su dominio, de modo que nuestro Luther tuvo que usar su segundo nombre como medio para distinguirse de su ilustre colega.
JLA también ha apostado por un terreno bastante amplio. A finales de los años setenta del pasado siglo, tras completar estudios universitarios, partió rumbo a Alaska para trabajar en la protección del medio ambiente. Su música deriva, según él mismo dice, de ‘una escucha sostenida de las sutiles resonancias del paisaje sonoro del norte’.
Encargada por la Sinfónica de Seattle y el director Ludovic Morlot, la obra Become Ocean le hizo merecedor de un Premio Pulitzer en 2014 y un Grammy al año siguiente. El estuche que acaba de presentarse incluye también Become Desert y Become River.
Una orquesta enorme toca algo así como el comienzo de El oro del Rin, solo que mucho más fuerte y mucho más lento. Si alguien espera que en los siguientes cuarenta minutos sucedan más cosas, puede esperar sentado. No es ese el objetivo de esta música. Lo que pretende el compositor es que escuchemos los flujos y reflujos del día y la noche, las cuatro estaciones, la lluvia y la nieve, los sonidos del bosque, el crujido de las hojas… A mitad de la pieza pueden suceder dos cosas, a saber: o el oyente accede a un estado de máxima relajación, o -como en mi caso- comienza a arrojar objetos a la pared y a proferir palabrotas.
En una primera escucha no hay demasiados elementos que distingan entre sí estas tres vastas composiciones, y, francamente, no creo que un servidor pudiera sobrevivir a una segunda escucha. Una de ellas tiene un fondo coral. Adams ha hecho todo lo posible para describir los amplios espacios abiertos. Por mi parte, estoy dispuesto a dejarlo así. Me considero un urbanita. Si alguna vez me ven en un espacio abierto, llámenme Sebastian.
Norman Lebrecht