Lo más lento posible
En 1985 John Cage compuso por encargo una obrita de ocho páginas para ser interpretada en la final de un concurso de piano. «As slow as possible», se podía leer al comienzo de una partitura (luego adaptada al órgano) que desafiaba la concepción temporal de la música con una duración indefinida. ¿Hasta cuándo?, se preguntaron entonces los desconcertados miembros del jurado.
La respuesta la encontramos en la pequeña y desconsagrada Iglesia de Burchardi, en cuyo transepto los feligreses de Cage mandaron instalar un órgano de seis tubos que suena ininterrumpidamente gracias a tres sacos que mantienen presionados los pedales. La interpretación de ORGAN2/ASLSP se inició el 5 de septiembre de 2000 y concluirá, si nada lo impide, en 2640.
El próximo cambio de nota (un re que se escuchará durante 730 días) se producirá este 5 de febrero. Para aprovechar el tirón, los hoteles de la zona ofrecen visitas a la cercana Catedral de Halberstadt, donde en 1361 se construyó el primer órgano de doce notas. En las guías podemos leer que el templo, a cuatro horas en coche de Darmstadt, marcó el comienzo de la música moderna.
La segunda de las ocho partes de As slow as possible comenzará en 2072. Según cuenta Rainer O. Neugebauer, profesor y director del Proyecto Halberstadt, en la Iglesia de Burchardi los límites sensoriales del tiempo se difuminan para ofrecernos una cierta noción de eternidad. Tratándose del testamento de Cage, cualquiera se atreve a abrir los sacos y revelar su contenido.
Benjamín G. Rosado