La “poética del destino” vertebra la “potentísima” temporada 2023-2024 del Palau de Les Arts
La poética del destino y sus inciertos caminos es la base vertebradora de la temporada 2023-2024 del Palau de Les Arts de Valencia. Una ambiciosa propuesta que, entre el 1 de septiembre próximo y hasta el 30 de junio de 2024, recorrerá 330 años de ópera y artes escénicas: desde 1692, cuando se estrena La reina de las hadas de Henry Purcell, hasta 2022, en que se representó por primera vez Woman at Point Zero, de Bushra El-Turk. Una temporada “potentísima” (así quedó definida en su presentación, el pasado viernes) compuesta por once títulos de ópera; uno de zarzuela; cuatro espectáculos de danza de diferentes estilos; ocho programas sinfónicos dirigidos por primeros espadas de la batuta a cargo de la Orquestra de la Comunitat Valenciana –titular del Palau de Les Arts–, a los que se añaden cuatro conciertos de formaciones especializadas en el barroco; ocho recitales y conciertos líricos; cinco figuras del panorama flamenco; cinco citas con jóvenes músicos valencianos, y otras actuaciones de “músicas vivas del mundo”. Todo envuelto en un bien planificado programa didáctico, una clara proyección al resto de la Comunitat Valenciana y las actividades, esenciales aunque menos espectaculares, del vivero de cantantes que es el Centre de Perfeccionament.
La nueva temporada mantiene y potencia las virtudes y cualidades que, salvo el oscuro paréntesis del periodo Livermore, han sido santo y seña de las programaciones de sus 18 años de existencia: cantidad, variedad y excelencia. Jesús Iglesias, director artístico, ha armado una programación generosa, plural y atrevidamente novedosa, marcada por ese prurito de exigencia artística y contemporaneidad que ha distinguido su hacer y quehacer en un Palau de Les Arts que cuando él llegó, en julio de 2018, estaba hecho unos zorros. En definitiva, diez meses plenos de “música, escena y artes universales”.
Temporada valiente, imaginativa, lúcida y cabalmente osada. Y poética sin rubor ni complejos. Una propuesta cultural de altos vuelos y finos quilates. En el ámbito estrictamente operístico, once títulos comprenden el grueso de la oferta. Asombra y anima que nueve de ellos sean completamente inéditos en el Palau de les Arts y, la mayoría, también en Valencia. Llega por fin una de las grandes asignaturas verdianas pendientes: Un ballo in maschera. Recala también por primera vez otra obra esencial del gran repertorio, La dama de picas de Chaikovski, y se estrena Maria Stuarda, dentro del proyecto de completar en tres temporadas la “Trilogía Tudor” de Donizetti (la temporada pasada fue Anna Bolena, y la 2024-2025 se completará con Roberto Devereux).
Óperas maestras inéditas que también figuran en la temporada son Rusalka de Dvořák, Orfeo y Eurídice de Gluck o La reina de las hadas de Purcell. Mientras que la contemporaneidad llega con los estrenos de títulos como Woman at Point Zero, de Bushra El-Turk (quien se basa en el relato homónimo de la escritora egipcia Nawal, en el que dos mujeres comparten el ansia de libertad), y Tránsito, ópera de cámara para la que Jesús Torres recurre a la pieza teatral en un acto del mismo título de Max Aub, que tras su estreno en Madrid –el 29 de mayo de 2021, en Naves Matadero– recalará en el Teatre Martín i Soler el 23 de mayo en la puesta en escena del director, dramaturgo y escenógrafo valenciano Carles Alfaro y dirección musical del alicantino Jordi Francés. Los dos títulos que vuelven a la escena valenciana son El retablo de Maese Pedro, de Manuel de Falla (con motivo del centenario de su estreno), y La flauta mágica, que sube a escena por tercera vez, ahora en la reflexiva, hermosa y muy exitosa producción de Simon McBurney, ya vista en Ámsterdam (donde se estrenó en 2012) y luego aplaudida en el Festival de Aix-en-Provence y en el Metropolitan de Nueva York.
Entre los directores de escena que participan en la temporada, destacan Richard Jones (La dama de picas), Christof Loy (Rusalka), Robert Carsen (Orfeo y Eurídice), Simon McBurney (La flauta mágica), Jetske Mijnssen (Maria Stuarda) o el joven director sevillano, Rafael Villalobos, de clara proyección internacional, quien pondrá en escena una nueva versión de Un ballo in maschera, coproducida con la Staatsoper de Berlín. Entre los directores musicales, Kanako Abe (Woman at Point Zero); William Christie (La reina de las hadas); Antonino Fogliani (Un ballo in maschera); Gianluca Capuano (Orfeo y Eurídice); Cornelius Meister (Rusalka); Maurizio Benini (Maria Stuarda), Pablo Rus Broseta (El Retablo de Maese Pedro) y Aarón Zapico (Los elementos, de Literes). James Gaffigan, director musical del Palau de Les Arts, dirigirá La dama de picas y La flauta mágica.
El siempre insuficiente apartado zarzuelero se solventa con Pan y toros, obra maestra de Asenjo Barbieri, que llega defendida por la solvente batuta de Guillermo García Calvo y escénicamente a través de la producción que el actor reconvertido en director de escena Juan Echanove ha estrenado este mismo año en el Teatro de la Zarzuela, con motivo del segundo centenario del fecundo compositor madrileño.
El ya imprescindible y consolidado ciclo Les Arts és Lied mantiene su alto nivel y propone un nuevo elenco de campanillas, con el regreso de la soprano Lise Davidsen (11 octubre), el barítono Gerald Finley (3 diciembre), la soprano Ermonela Jaho (4 febrero), el barítono Andrè Schuen (14 marzo, con la Orquestra de la Comunitat Valenciana, en un concierto con Lieder de Mahler que se repetirá en Castelló dos días después, y el 19 de marzo en el Palau de la Música de Barcelona), y la mezzosoprano Ekaterina Semenchuk (Glinka y Musorgski; 14 abril). Los contratenores Jakub Józef Orliński (29 octubre), y Philippe Jaroussky (30 noviembre), más el tenor mexicano Javier Camarena (21 enero), completan el cartel de voces solistas invitadas.
No menos espectacular es la limitada pero sobresaliente temporada sinfónica. Citas cargadas de programas interesantes y batutas de tanto reconocimiento nacional e internacional como las de Vasili Petrenko (Novena de Beethoven); Mark Elder (Mahler/Shostakovich); Mikko Franck (Strauss); Pablo Heras-Casado (Wagner/Mendelssohn-Bartholdy); Gustavo Gimeno (Sibelius/Mahler), y el propio James Gaffigan, que se hace cargo de tres programas (Strauss/Mozart; Albéniz/Wagner/Chaikovski; Schubert/Bruckner).
Ballet, flamenco, actividades didácticas, bandas de música, cine, jornadas de puertas abiertas, música de cámara, conferencias, encuentros, conciertos de “otras músicas”, actuaciones fuera del Palau de Les Arts y giras de sus cuerpos estables –OCV, Cor de la Generalitat, Centre de Perfeccionament– por la propia Comunitat Valenciana y el exterior completan una oferta plural y para todos los públicos que, bandas aparte, reafirman a la ciudad de los dos Palaus –aquí no cuenta el Palau de la Generalitat– entre las grandes capitales musicales. Valencia, “tierra de las flores, de la luz y del amor”, pero también de la música, bien vale una visita. Incluso una residencia.
Justo Romero