La fascinante historia de dos violines Stradivarius expoliados por los nazis
Hace apenas dos meses, el asesor político francés Yoann Iacono presentaba en España su primera novela, El violín de Goebbels, en la cual narra la poco conocida historia de una joven prodigio japonesa, Najiko Suwa, que a principios de 1943 recibió de manos del todopoderoso ministro de Propaganda del III Reich, Joseph Goebbels, un regalo de incalculable valor: nada más ni nada menos que un violín Stradivarius. De esa manera, la Alemania nazi agradecía a Japón su alianza en lo que durante la II Guerra Mundial se conoció como Eje.
Nada se sabía entonces (y sigue sin saberse) del origen de aquel violín, pero desde el principio se sospechó que formaba parte de la rapiña de obras de arte que los nazis practicaban allá por donde pasaban. Suwa, que cuando recibió el ‘regalo’ de Goebbels tenía 23 años, falleció en 2012, sin que llegara nunca a revelar quién era el legítimo propietario de aquel instrumento, si bien se sospechaba que era perfecta conocedora del dato.
Iacono, en la presentación de su novela en España, desveló que “después de publicarse el libro en Francia, una mujer contactó conmigo desde Suiza. Era la nieta de Boris Kamensky, que fue el último maestro de la joven Suwa cuando esta fue a París a estudiar en 1938. Me dijo que su abuelo, que era judío, tenía un Stradivarius, pero que a su muerte el instrumento no apareció por ninguna parte en la herencia. Ella cree que pudo ser el suyo, porque Suwa llegó a comentar que le gustaría tener un violín como el de su profesor. Kamensky sobrevivió a la guerra —murió en 1949— y la teoría de su nieta es que los nazis se lo expropiaron a cambio de no matarle”.
Solo dos meses después de la publicación de la novela de Iacono, el diario francés Le Parisien acaba de publicar una historia que tiene que ver con otro violín Stradivarius, desaparecido en 1944 del Museo Nacional de Varsovia, víctima igualmente del expolio de los nazis. Al parecer, el instrumento, datado en 1719, habría pertenecido a otro violinista judío, Henryk Grohman, quien falleció en 1939. Alguien lo entregó al mencionado museo en el convencimiento de que sería un lugar seguro para su custodia, dada la situación bélica que vivía Polonia, sin imaginar que poco después sería robado junto a otros valiosos instrumentos musicales que se hallaban en el mismo lugar.
Musique et Spoliations, organización con sede en París que tiene por objeto localizar obras de arte robadas en aquel periodo para devolvérselas a sus legítimos propietarios, acaba de localizar el Stradivarius de Grohman en Francia (no se han dado a conocer más detalles) y ha emprendido la búsqueda para hallar a su legítimo propietario.