LA CORUÑA / OSG: timbales y fanfarrias

La Coruña. Palacio de la Ópera. 22-IV-2022. Orquesta Sinfónica de Galicia. Javier Eguillor y José Belmonte, timbales. Director: José Trigueros. Obras de Glass y Copland.
Un par de obras de compositores estadounidenses que son a la vez clásicos modernos, ponía por primera vez en sus atriles la Sinfónica de Galicia en este fin de semana. El programa, además y curiosamente, reunía a tres percusionistas. Javier Eguillor es principal de la Orquesta de Valencia, Belmonte principal asistente en la OSG y Trigueros principal también en la formación coruñesa, además de su director asociado. Complicidad, pues, garantizada desde el inicio.
El Concierto fantasía para dos timbaleros y orquesta de Philip Glass, de 2000, es muy marca de la casa y resume lo que ha sido la estética de su autor, siempre tan reconocible y hoy ya nada sorprendente por más que perfectamente asimilada. Un autor, además, y recordemos, que ha escrito piezas maestras como las óperas Satyagraha o Einstein on the Beach, el Concierto para violín y orquesta y algunos de sus cuartetos y sinfonías. Aquí la sorpresa está mucho más en cómo habrá de resolverse la relación de tan poco comunes solistas con la orquesta. Y desde el principio aparece la fórmula que no es otra sino compartir una célula propia del minimalismo glassiano para después actuar como contrapunto de esta y a veces hasta reanimarla.
La acústica del Palacio de la Ópera desequilibró en parte la complementariedad entre orquesta y solistas en favor de estos. La propia escritura de los otros tres movimientos colaboró a soslayar después ese inconveniente. Así, en el segundo, con los timbales actuando a modo de conductores de un tema principal puntuado por las maderas y luego desarrollado por los metales. Exigente para los solistas y espectacular para la audiencia la tremenda cadenza que hace de tercer tiempo. La transición al último y el propio final son una muestra del magnífico oficio de Glass, de esa cinética graduada en intensidad y en ritmo tan del minimalismo, tan de un momento que ya ha sido trascendido y que le pertenece. Y ahí sí que la transparencia del conjunto quedó perfectamente aclarada por un Trigueros dominador.
Los solistas estuvieron a la altura de su reputación. Javier Eguillor es desde hace años el adalid en España de este Concierto, que ha tocado con algunas de nuestras mejores formaciones sinfónicas. José Belmonte, principal asistente de su instrumento en la OSG nos ha mostrado su clase en infinidad de ocasiones. Los dos hicieron una gran versión, intensa, dominadora, virtuosística y plenamente entregada. El éxito fue muy grande y ofrecieron como encore un fragmento del Concierto de Werner Thärichen, el que fuera timbalero en la Filarmónica de Berlín con Furtwängler y Karajan.
Si Trigueros acompañó muy bien a sus colegas en la primera parte, en la segunda demostró por qué su renovación como director asociado ha sido una magnífica noticia tanto para él como para la orquesta. Nunca son trillados sus programas, lo que es muy de agradecer, y esta vez se atrevió, además de con el Glass, con la nada fácil Sinfonía nº 3 de Aaron Copland, una partitura que no alcanza las cualidades de otras suyas más breves y mejor abrochadas como Quiet City, el magistral Concierto para clarinete o Appalachian Spring pero llena de música que, por así decir, hay que aclarar. Es una obra de una cierta discontinuidad discursiva —lo macizo del primer movimiento frente a la explosión un tanto bombástica pero coherentemente desarrollada del último, la jovialidad del segundo más el lirismo a veces descriptivo de ese entorno físico que siempre se le supone al autor, en el tercero— en la que los mejores momentos están en aquello que nos recuerda a las citadas más arriba. Hay un momento decisivo en ella, la aparición, al inicio del Finale, del tema de la Fanfarria para el hombre corriente, que pareciera aclararlo todo. Todas las propuestas previas conducen a ese instante y en él Trigueros lució su clase en la transición del final del clímax de la fanfarria, con una entrada de cuerda y maderas de una admirable delicadeza seguida de una inteligente administración del subsiguiente progreso rítmico. Ahí demostró el maestro su técnica precisa y ese gesto claro que le sirven para resolver muy bien eso que, aun ensayado, se juega finalmente en el concierto, ese matiz, esas dinámicas, ese guiño expresivo… Magníficas las flautas en su precioso episodio antes de la nueva cita de la Fanfarria. Éxito para todos y muy especialmente para un maestro que crece a ojos vistas.
Luis Suñén
1 comentario para “LA CORUÑA / OSG: timbales y fanfarrias”
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Read More here on that Topic: scherzo.es/la-coruna-osg-timbales-y-fanfarrias/ […]
Los comentarios están cerrados.