GRANADA / La premiada Joven Academia de la OCG, la virtuosa Sabine Meyer y un brillante Strauss
Granada. Auditorio Manuel de Falla. 21-X-2023. Sabine Meyer, clarinete. Joven Academia de la Orquesta Ciudad de Granada. Orquesta Ciudad de Granada. Director: Lucas Macías. Obras de Carl Maria von Weber y Richard Strauss.
La Joven Academia de la Orquesta Ciudad de Granada, el programa formativo que permite a jóvenes músicos formarse y tocar con la OCG, ha obtenido el Premio Andalucía Joven 2023 de Arte y Cultura de la Junta de Andalucía. Y qué mejor manera de celebrarlo y de demostrar lo merecido que resulta, que ver a estos jóvenes músicos desenvolverse en la práctica en uno de sus conciertos de la temporada, y además acompañados de una de las grandes intérpretes del panorama internacional: la clarinetista Sabine Meyer, lo que dice también del nivel de una orquesta capaz de atraer con regularidad solistas de semejante calibre. El programa se dividió claramente en dos partes: la primera dedicada a Carl Maria von Weber, con la obertura de El cazador furtivo, y el Concierto para clarinete nº 1 en Fa menor op. 73; la segunda dedicada a Strauss, con el poema sinfónico Don Juan op. 20, y la Suite de El caballero de la Rosa op. 59. También se dividió, a nuestro juicio, en dos partes, desde el punto de vista interpretativo.
La versión de la obertura fue dubitativa, correcta pero algo rutinaria, a pesar de un comienzo dramático, piano y cargado de intención. Incluso Lucas Macías, de natural fluido en sus gestos, pareció algo encorsetado. Creemos que la mejor manera de valorar el alto nivel alcanzado por la academia es tomarnos en serio sus interpretaciones y eludir cualquier tentación de paternalismo. En el concierto para clarinete, Sabine Meyer deslumbró con su aplomo y su carisma, plasmados en la seguridad de su semblante y sus movimientos extremados, cercanos al baile. De un virtuosismo apabullante, qué duda cabe, estuvo mejor en los momentos de agilidad que en los líricos (el Adagio); especialmente brillante en el Rondó, pleno de clasicismo lúdico —y aquí sí muy acertada en el tema lírico contrastante—, se percibió no obstante, en general, algo desconectada de la orquesta y un punto fría en su virtuosa ejecución. Lo mejor, de hecho, fue la propina, quizá por la general relajación, quizá porque la intérprete se sienta más cómoda cuando está al mando: hizo el Menuetto (Capriccio presto) del quinteto para clarinete y cuerda del propio Weber (junto con toda la cuerda) y este sonó muy gracioso, libérrimo y original, con algunos quiebros y contrastes que casi resultaban contemporáneos.
La segunda parte pareció en cierto modo un concierto distinto. Lucas Macías ha ido mostrando su comprensión y su afinidad con la obra de Richard Strauss, y lo ha hecho justamente con la academia —necesaria para ampliar la plantilla orquestal de la OCG según suele requerir este autor—, en lo que ya comienza a tomar visos de ciclo: recordamos el Don Quijote (en el Festival de Granada) o la Vida de héroe. Ahora confirma esta impresión. El Don Juan fue brillante desde el inicio, espectacular, con una cuerda sedosa y espejeante en los agudos, y unos momentos de clímax orquestal nítidos y emocionantes. La suite de El caballero de la Rosa abundó en estas cualidades, y además se percibió un planteamiento de la estructura narrativa de la obra muy claro y deliberado en sus distintas partes, con un interesante contraste entre lirismo sentido e ironía. Especialmente intenso y logrado el momento moderato, molto sostenuto que, liderado por la concertino Birgit Kolar (magnífica en sus intervenciones solistas, aquí y en el Don Juan), y Peter Biely como pareja, sin perder tensión en su emotividad creciente, desembocó en la repetición del célebre tema de la rosa, mágicamente interpretado por el oboe de Eduardo Martínez, que ya había brillado a su vez en Don Juan.
Premio merecido a la joven Academia y, por extensión, a la OCG. Solo cabe desear larga vida a la iniciativa y que haya muchos más conciertos —para aprender, para brillar— como este.
José Manuel Ruiz Martínez