GRANADA / Khôra, o la fascinación del ritual
Granada. Teatro Caja Granada. 10-VII-2024. 73 Festival de Granada. Sigma Project, saxofones. Iñaki Alberdi, acordeón. Espacio escénico: Francisco Javier Larreina. José María Sánchez-Verdú: Khôra.
Khôra es el gran work in progress de José María Sánchez-Verdú, que se vino desarrollando de 2013 a 2019 como una serie de nueve piezas en las que se alcanza un altísimo grado de abstracción cuyo transfondo es el de una meditación filosófica que va de Platón hasta Derrida. Cuatro saxofonistas, que usan toda su gama instrumental, y un acordeonista desarrollan un rito espacial sobre tiempo, memoria y escritura. Y no me remito al ritual como analogía, sino que cada movimiento, sonido y acción tienen un sentido en el que la arquitectura de la memoria (algo muy querido por el compositor) nos evoca toda una totalidad que, curiosamente, parte de un hondo minimalismo esencialista. No en vano Ramón Andrés habla expresamente de microtiempos que fluyen en trayectorias distintas.
La obra ha encontrado en el Festival de Granada un espacio ideal para desarrollarse, el atractivo Teatro Caja Granada concebido por Alberto Campo Baeza, esencial en esta versión escénica que era estreno absoluto. Imposible mejorar el espacio y la iluminación del creador de la escena, Francisco Javier Larreina, pero también imposible encontrar mejores intérpretes que los de Sigma Project, que ha estado ligados al proyecto en todas sus fases. Andrés Gomis, Ángel Soria, Alberto Chaves y Josetxo Silguero tocaron irreprochablemente, pero también desarrollaron una capacidad de acción y representación ritual que alcanzó a conectar una música totalmente actual con lo más profundo de una tradición que se retrotrae en el tiempo. Contaron con la esencial colaboración de Iñaki Alberdi, que ha desarrollado una revolución microtonal en el acordeón. Todos ellos contribuyeron a la fluidez y perfección del espectáculo y al brillo absoluto que le dio una dirección escénica dispuesta, por una vez, a resaltar la música y no a impostarle cosas ajenas a sí misma.
Asistimos a un concierto que era también un ritual, pero también a una decantación del pensamiento de su compositor en torno a las arquitecturas y a la lingüística en relación con el tiempo. Supongo que el ciclo se puede considerar ya cerrado porque, por volver a esos griegos en cuyo trasfondo suele estar el agarre último del pensamiento de Sánchez-Verdú. Khôra lo logra en el pensamiento de su creador llevado ya a la práctica.
Tomás Marco
(Fotos: Fermín Rodríguez / Festival de Granada 2024)