Fallece el bailarín y coreógrafo Attilio Labis a los 86 años

Attilio Labis, bailarín, coreógrafo y maestro, falleció ayer, 26 de enero, a los 86 años. Fue una de las máximas figuras de la escuela francesa del siglo XX, notorio intérprete de nobleza, paradigma de estilo y categorizador indiscutible de esa distinción llamada ‘bailarín noble’. Su larga trayectoria y su experiencia lo colocan en la cima de la historia del ballet académico europeo de nuestro tiempo. Había nacido en Vincennes, el 5 de septiembre de 1936, y comenzó sus estudios de ballet en la escuela de la propia Ópera de París a los 9 años, precisamente cuando se abrió el primer curso regular después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Tras un periodo excepcionalmente largo (nueve años) para la época y después de unas primeras apariciones escolares, en 1954 entra en el cuerpo de baile la institución parisiense, recién cumplidos los 18 años, a lo que sumó una interrupción obligada para hacer su servicio militar.

En 1959, tras una audición de número, aprueba y escala a primer bailarín y un año después a étoile, donde permanece doce años en el orgánico de la compañía, hasta su salida en 1972, pues no se retira, sino que suele aparecen como estrella invitada en múltiples ocasiones. Tras dejar de bailar, enseñó muchos años en la propia Ópera y se cuenta que fue el propio André Malraux, cuando era ministro de Cultura de la República Francesa, quien por escrito recomendó su consolidación como estrella y la conveniencia de mantenerlo vinculado a la institución.

Fue uno de los escogidos por Gene Kelly para su legendario Pas de Dieux (1960). Lifar lo escogió para la nueva versión de su Icaro (1962), sensiblemente diferenciada de la anterior. Maurice Béjart creó sobre Labis Renard (1963) y lo contempló en el elenco de Fox. Labis protagonizó algunas de sus propias creaciones, como Arcades, sobre una suite de tres oberturas de Berlioz, 1963; y su Romeo y Julieta (Prokofiev, 1968). Bailó con todas las grandes bailarinas de su tiempo, no solamente francesas (fue partenaire muchas veces de Margot Fonteyn, Carla Fracci, Claire Motte y Claude Bessy, entre otras), y formó una pareja escénica constante y aclamada con su mujer, Christiane Vlassi, también estrella de la Ópera Garnier.

En el muy elaborado retrato literario que Irene Lidova escribió sobre Labis, esta destacaba su prestancia y su ‘reposada sobriedad’, una especie de ‘calma estética’ que transmitía en escena a través de sus maneras, musicalidad y elegancia. También protagonizó Symphonie concertante (música de Frank Martin, 1962); But (inspirado por los modales deportivos y la gestualidad atlética, 1963) y Sarracenia (1964), estos tres últimos de Michel Descombey.  Labis fue protagonista del ballet Les Bandar Log (1969) de George Skibine. Entre sus coreografías se encuentran versiones de El lago de los cisnes, Espartaco y Coppélia (1994, creada para el Real Ballet de Flandes), así como Passion sobre música de Michel Legrand.

Labis apareció en varias películas y series de televisión, incluyendo L’Âge en fleur (1975), Le Spectre de la danse (1986), y Les Cahiers retrouvés de Nina Vyroubova. La historiografía francesa del ballet reconoce en  Labis su preocupación e interés por desarrollo de la técnica masculina, a la que hizo singulares y meritorias aportaciones. En 1965, el Ballet de la Ópera de París estuvo actuando en el Festival de Granada, bailando tres noches en el Generalife, donde  Labis y Claude Bessy eran las estrellas que encabezaban el cartel. Después, en 1973, Labis bailó en Madrid como primera figura invitada del Ballet del Gran Teatro de Ginebra. Ya en los años 90,  Labis dio clases y participó en la formación de bailarines españoles, entre ellos, Carlos Pinillos y Tamara Rojo.

Roger Salas

Nota: en la foto de la Opéra National de Paris que ilustra esta noticia, Attilio Labis baila junto a Claude Bessy en una escena de El lago de los cisnes de 1961.