El oboísta Vicent Llimerà, nuevo director del Palau de la Música de València

El oboísta y catedrático Vicent Llimerà (Llíria, 1962) es el nuevo director-gerente del Palau de la Música de València. Sustituye en el cargo a Vicent Ros, quién durante siete años ha llevado las riendas de la gran sala de conciertos de la capital valenciana. El cese cantado de Ros -que había sido nombrado por la anterior Corporación Municipal, en manos de Compromís- llega precisamente en el momento en el que Palau de la Música -de total dependencia musical- abrirá sus puertas, en octubre, tras permanecer cerrado desde 2019 por filtraciones producidas en las cubiertas de sus dos salas de concierto. Llimerà recala con la programación 2023-2024 -ya cerrada, pero aún no anunciada formalmente- preparada por su antecesor; una titularidad competente -Alexander Liebreich- en la Orquestra de València -titular del Palau de la Música- consolidada por el anterior equipo de dirección y un momento en que la pandemia y sus secuelas son feliz agua pasada.
Vicent Llimerà Dus es un músico de solera, artista y académico, con una larga y sólida carrera concertística y pedagógica a a sus espaldas. Es persona templada y culta; que habla calmo y con argumentos. Figura apreciada y respetada dentro y fuera de las aulas y de las salas de concierto. Tampoco es un recién llegado a la gestión pública: ya en 2014 fue nombrado director general del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de la Comunitat Valenciana, cuando la hoy alcaldesa, la pepera María José Catalá -oboísta también-, era consellera d’Educació, Cultura i Esport.
Es catedrático de oboe en el Conservatori Superior de Música Joaquín Rodrigo de València, y se formó primero en la capital levantina, con Vicente Martí Feltrer, y luego en Berlín y Salzburgo con el gran oboísta Lothar Koch. Su nombramiento y perfil culto y moderado pueden (y deben) convertirle en el vértice en el que se encuentren las mil y una tendencias y corrientes -musicales y no musicales, sindicales incluidas- que habitan, cohabitan y rivalizan en la ciudad de València y confluyen en su emblemático Palau de la Música.
Según un comunicado de la propia alcaldesa, Llimerà Dus llega “para impulsar la gestión del Palau y de todos los ámbitos relacionados con el mundo de la música”. En este sentido es relevante el detalle de que su nombramiento añade el término “gerente”, lo que le confiere competencias inéditas hasta ahora, que se extienden a las áreas administrativas y laborales. Recala en un momento dulce. Casi cuando ha pasado la tempestad. Justo para la doble reapertura del Palau de la Música, los próximos 9 y 18 de octubre.
Llega con la casa limpia y de punta en blanco. Tras una mal reconocida gestión de la presidencia de Gloria Tello. Y de su predecesor, Vicent Ros. Y con una programación cerrada y de campanillas (temporada 2023-2024). A todas luces sobresaliente, diseñada por su antecesor, Vicent Ros, de la mano de Liebreich y de la propia expresidenta Gloria Tello. En este sentido, y precisamente por ello, Llimerà el dialogante, podría -debería- presentarla haciéndose acompañar e invitando a participar en la mesa de la conferencia de Prensa a sus autores, Ros y Tello. Aunque resulte inusual por estos lares sureños, esta proceso de normalización transicional sería lo más razonable y normal del mundo, además de un gesto de convivencia democrática, y, sobre todo, un acto de cortesía y reconocimiento a unos antecesores a los que durante su mandato les tocó bailar con la más fea (pandemia, cierre del Palau de la Música por daños el edificio, pérdida de abonados, competencia con el Palau de Les Arts, un posicionamiento mediático hostil …).
El sucesor y tocayo de Vicent Ros tendrá que construir y reconstruir a partir de lo mucho hecho. De lo mucho y bien que han hecho algunos antecesores. Asumir esa sustancial herencia, mimarla y realzarla. Desde Mayrén Beneyto, a Javier Casal, Ramón Almazán, Gloria Tello, el propio Vicent Ros y así hasta sus primeros gestores. Como flamante “gerente”, Vicent Llimerà también tendrá que lidiar, sopesar y atender con mano izquierda y sensibilidad exquisita las exigencias laborales del inmenso y reivindicativo equipo humano -músicos de la Orquestra de València incluidos, claro- que configura la gran familia del Palau de la Música.
Tendrá, además, que reconducir y potenciar las nunca fáciles relaciones y vínculos con el poderoso Palau de Les Arts. En este sentido, el entendimiento iniciado por los hasta ahora responsables del Palau de la Música -Tello y Rus- habrá de ser intensificado, para comenzar a entender al vecino Palau de Les Arts como una institución hermana y complementaria y no como un rival con el que competir o al que zancadillear. El único futuro de ambos Palaus, cada uno con sus identidades y funciones específicas, pasa ineludiblemente por la convivencia, entendimiento y colaboración. Cualquier otro camino, resultará errado y pernicioso para ambas instituciones.
Justo Romero