El Mozart vitalista y fresco del Chiaroscuro Quartet

MOZART: Cuartetos nº 21-23 (K 575, K 589 y K 590). Chiaroscuro Quartet. BIS 2558 (1 SACD)

No puede extrañar, después de lo escuchado en anteriores ocasiones a este estupendo cuarteto historicista, que el Mozart que salga de sus manos tenga toda la vitalidad, frescura y riqueza de colorido y contrastes que se aprecian en este disco dedicado a los Cuartetos prusianos del salzburgués, obras de absoluta madurez (1789-90). Esta formación, genuinamente internacional, demuestra una excelencia técnica de primera. Ibragimova se luce en una articulación de felina agilidad y cristalina claridad en el primer movimiento del K 575, y los cuatro músicos se funden en perfecta fusión para ofrecer un Mozart que, alejado de romanticismos y edulcoramientos, suena extraordinariamente juvenil, refrescante y perfectamente ensamblado. Una demostración, también, por si alguien lo dudaba, de que la austeridad en el vibrato no significa algo arcaico, primitivo o rudo, y que el canto puede tener un refinamiento exquisito.

Escuchen el Larghetto del K 589, maravillosamente planteado por Claire Thirion desde el violonchelo, y contestado por Ibragimova con una belleza conmovedora. Delicioso el sonriente Minueto de esta obra, con los cuatro músicos evidenciando una levedad de arco sobresaliente. El Allegro assai que cierra este mismo cuarteto tiene un nervio realmente trepidante, sin que se pierda detalle de la exquisita articulación desplegada, ni de los acentos, cuidadosamente destacados.

Como obras que en principio iban destinadas al rey Federico Guillermo II de Prusia, violonchelista él mismo, los tres cuartetos tienen un papel relevante (incluso inusitadamente relevante para el periodo) del violonchelo, y en este disco encontramos a una Claire Thirion que luce un sonido de notable belleza y timbre dulce, muy apropiado para un buen cantable. Resumen bien fácil: otro disco estupendo de este magnífico cuarteto.

Rafael Ortega Basagoiti