El ministro de Cultura ucraniano pide en un artículo el boicot a la música de Chaikovski
Las semanas anteriores a la inauguración de la temporada del Teatro alla Scala con Boris Godunov estuvieron marcadas por la controvertida petición del cónsul de Ucrania en Milán, quien reclamó la retirada de la ópera de Musorgski al argumentar que la programación de autores y artistas rusos –las funciones de la Scala incluyen también a cantantes de este país– es una propaganda indirecta a favor del régimen de Moscú. La polémica no es nueva y las palabras del cónsul ucraniano fueron respondidas por las altas instancias del teatro, que defendieron su postura.
Sin embargo, lejos de aplacarse, el debate se ha avivado en el día de ayer (la coincidencia con la prima de Boris Godunov en Milán no parece casual) por un artículo del Ministro de Cultura ucraniano, Oleksandr Tkachenko [en la foto], publicado en el periódico The Guardian. En su intervención, Tkachenko pide a Occidente el boicot de la música de Chaikovski y de toda manifestación cultural rusa. El objetivo de la iniciativa no pretende borrar del mapa a Chaikovski, sino suspender la programación de sus obras mientras dure la agresión de Rusia contra Ucrania. Según Tkachenko, desde el comienzo del conflicto el Kremlin mantiene una estrategia activa de aniquilación del patrimonio cultural ucraniano a través de la destrucción de museos, monumentos y obras de arte, al mismo tiempo que utiliza la cultura rusa como arma de propaganda.
El artículo contiene una posible alusión al reciente caso de la Scala (“muchos de los teatros y centros culturales que antes se negaban a interpretar música rusa o a cooperar con artistas rusos que apoyan la guerra ya han restablecido estos lazos”) y termina con una petición más suavizada: “Rechazar a los representantes de la cultura rusa que apoyan su régimen totalitario e impedir los conciertos de intérpretes rusos que apoyan abiertamente su guerra de agresión son pasos conscientes que debe dar una sociedad democrática madura. Junto con las sanciones políticas y económicas, es algo necesario si queremos derrotar el proyecto totalitario de Rusia.”