El Festival Bal y Gay presenta su 8ª edición
El Festival Bal y Gay de La Mariña lucense ha presentado su 8ª edición. En esta ocasión tendrá lugar en dos fases (del 14 al 16 de mayo y del 18 al 26 de agosto), y la programación están presentes nombres como los de Javier Perianes, el Cuarteto Casals, el Cuarteto Cosmos, Pablo Sáinz-Villegas o Judith Jáuregui, entre otros.
Tras una exitosa edición 2020, pese a los estragos de la crisis sanitaria, el Festival Bal y Gay retoma su actividad musical con una edición divida en dos: un primer aperitivo musical en el mes de mayo y una segunda parte a finales de agosto. Con “La Pasión y el Amor” como hilos conductores, el Bal y Gay 2021 narra dos historias diferentes que convergen en estos dos sentimientos universales.
El Wanderer (caminante) tan típico del Romanticismo alemán cobrará un protagonismo especial en el mes de mayo —coincidiendo, además, con el Xacobeo 21—, gracias a tres conciertos bajo el epígrafe de Schubert no Camiño, que recorrerán diferentes etapas del Camino de Santiago (Foz, Villanova de Lorenzana y Mondoñedo), cuyos protagonistas serán la pianista Judith Jáuregui, el Cuarteto Cosmos junto al violonchelista Fernando Arias, y el tenor Christoph Prégardien con el pianista Daniel Heide. Con el concierto de Prégardien —en el que el cantante alemán interpretará el Winterreise—, el Bal y Gay inicia una estrecha colaboración con la Schubertiada de Vilabertrán, que, en palabras de su directora, Alba Rodríguez, “es un festival cuyas sinergias y concepto concuerdan bastante con el el nuestro, produciendo así una colaboración que esperemos que perdure a lo largo del tiempo”.
Por su parte, la edición de agosto llevará por título Música á beira do mar, y reunirá al Cuarteto Seikilos, a la agrupación vocal Cantoría, al pianista Javier Perianes, al guitarrista Pablo Sáinz-Villegas, al Cuarteto Casals, a la Orquesta Sinfónica de Galicia y a la Orquesta de Cámara del Festival junto a la cantaora María Toledo y bajo la batuta de Jaime Santoja. Además, habrá dos conciertos extraordinarios del Hercules Brass y de la cantante Sheila Blanco junto al pianista Federico Lechner y al guitarrista Chema Sáiz.
Más allá de los conciertos, el festival ofrece toda una experiencia inversiva que aúna música, gastronomía y turismo. En definitiva, todo un catálogo de actividades culturales que transforman la región de La Mariña en un paraíso cultural a descubrir. Como bien apuntaba su directora, “la pandemia nos ha demostrado que querer es poder: Conseguimos sacar adelante la edición 2020, creamos un protocolo de seguridad sanitario que funcionó y la gente volvió a disfrutar del Bal y Gay. En estos años de festival hemos descubierto que la gente ama la música clásica. El problema es que no lo saben. Y por eso hay que continuar con iniciativas que les redescubran, les enseñen, les hagan entender en qué consiste escuchar un cuarteto de Haydn, una sinfonía de Mozart”,
Asimismo, el director de la Fundación Xesús Bal y Gay, Enrique Rodríguez Baixeras, destaca la importante labor de divulgación que todos los festivales rurales realizan gracias no solo a los conciertos, sino a todo un compendio de actividades didácticas y divulgativas que sumergen al espectador en una dinámica sencilla y real, que entiende la música como lenguaje universal: “La música clásica está en las grandes ciudades. Las pequeñas localidades no pueden disfrutarla si no es mediante festivales de este tipo. Es responsabilidad nuestra divulgar y acercar la música clásica a todos los rincones de La Mariña. Tenemos que quitarle a la gente el prejuicio de no ir a conciertos porque ellos ‘no entienden de esto’. La música es un arte abstracto. No es cuestión de entenderla. Es cuestión de sentirla. Y la gente ahora más que nunca necesita ese amor y pasión propios de la música”.
Destaca también la importancia y el compromiso musical que el festival muestra hacia los artistas e intérpretes españoles, que en estos tiempos de pandemia han visto tan mermada su actividad concertística. Según comentaba el guitarrista Pablo Sáinz-Villegas, “la cultura nos define como seres humanos. Antes de la pandemia, la sociedad observaba la vida cultural como un mero entretenimiento, dejando en nuestro subconsciente un poso de humanidad, de vida, de celebrar que existimos y de que podemos ser partícipes de algo tan bello como es la música. Esto es algo que la pandemia ha revalorizado. Las emociones dan sentido a nuestro día a día, de la misma forma que la música potencia la condición humana. Por eso hay que estar agradecidos a todas las instituciones y autoridades que han sabido gestionar este ecosistema musical único en el mundo, capaz de seguir sonando cuando todos callaban”.
Pueden consultar toda la programación del festival aquí.