‘El arte de la fuga’ según Kenneth Weiss

BACH: El arte de la fuga BWV 1080. Kenneth Weiss, clave. PARATY 1221.1115 (1 CD)
Kenneth Weiss utiliza en esta grabación un instrumento original de 1782 del afamado constructor Pascal Taskin. El instrumento fue restaurado hace muy pocos años y se encuentra en un estado excepcional, con gran cantidad de piezas originales. Hoy en día pertenece a la colección del Museo Nacional de Música de Lisboa, a donde llegó tras un azaroso recorrido que comenzó en Francia, cuando pertenecia a la hermana de Louis XVI. El clave tiene un sonido espléndido, con una sonoridad rotunda y melodiosa a la vez.
Por lo que respecta a la estructura de la obra, de desconocidas intenciones originales en cuanto a un orden ideal, Weiss sigue el estricto orden numérico de los catorce contrapuntos de la edición de 1751, sin interpolaciones, agrupados por complejidad, mientras intercala en algunos puntos los cuatro cánones. Weiss no propone, como ocurre a menudo, su propia versión alternativa para resolver con un cuarto sujeto la inacabada Fuga a 3 soggetti del contrapunto XIV, donde el tercer tema introduce en la fuga el nombre de B-A-C-H, y con la que finaliza abruptamente el disco. Algo que siempre nos remite al mito al que dio origen la anotación de Carl Philipp en el manuscrito.
La interpretación de Kenneth Weiss es tan buena y natural que uno llega a olvidarse del intérprete para concentrarse solamente en el fluir constante del sonido hipnótico de esta música de apoteosis contrapuntística. Sin embargo, para conseguir todo ello, Weiss utiliza un gran despliegue técnico, con maestría en el sentido del tempo y el ritmo, en la articulación de las notas y en la conjunción de las manos sobre los dos teclados y las voces polifónicas para conseguir esa dimensión tan natural y profunda en esta música. Aunque Weiss atesora algo de la sobriedad de su maestro, Gustav Leonhardt, le supera largamente en técnica y musicalidad.
Manuel de Lara Ruiz