De las musas, a la música
La música es la expresión misma de la pasión. Por medio de la música alcanzamos ciertos conocimientos; debe cultivarse a través de la educación como divertimento y descanso de los hombres libres.
La creación del Día Europeo de la Música, establecida en 1995 en Budapest como Fiesta Europea de la Música e inspirada en la creación de la Fiesta de la Música por el ministro francés de Cultura Jack Lang en el año 1982, está destinada a poner en valor la diversidad de las prácticas musicales, de todos sus géneros. Es una llamada a la participación gratuita y espontánea de todos los individuos, tanto aficionados como profesionales.
Resulta gratificante ver cómo, en estos tiempos de confinamiento tan difíciles, nos hemos lanzado a escuchar música, a visitar virtualmente museos, a leer libros que dormían en nuestras mesillas, a asistir como espectadores virtuales a todo tipo de espectáculos en la red, teatro, circo, conferencias, lecturas, videojuegos, cine, series… Estamos consumiendo y produciendo Cultura con mayúscula.
La Cultura vuelve a ser ese lugar en el que habitan nuestras mentes cuando desean expandirse, liberarse de encierros reales o imaginarios. Y más gratificante aún es que se lleve a cabo mayoritariamente en conciertos al aire libre, recuperando el espacio público tan desoladoramente desierto hasta hace pocos días, habitándolo con algo tan infinitamente humano como es la música.
La celebración de hoy nos tiene que ayudar a darnos cuenta de la importancia de la música, de cualquier tipo de música, para divertirnos, para descansar. Desde tiempos prehistóricos, la música nos ha rodeado: el canto de los pájaros es la música que posiblemente escucháramos primero. Continuaría con nuestra creación de instrumentos: quizás con el sonido que producen dos huesos al chocarlos, quizás con el sonido que se produce al dejar caer unas semillas, quizás al querer imitar el canto de un pájaro con la voz. Al llegar a la Época Clásica, las musas nos ayudan a crear el término “música” e imaginamos que los planetas producen música al orbitar. En la Edad Media es una de las siete artes liberales. Tanto desde el Renacimiento, que es cuando empieza a independizarse la música instrumental de la vocal, la sacra de la profana y los intérpretes de los compositores, como en el resto de las etapas que lo siguen, la música está siempre presente en la sociedad y ya en el siglo XX no deja de impregnar con sus nuevas corrientes a toda la Humanidad. La música nunca ha parado ni parará nunca.
Como intérprete que soy, cuando me pongo delante del instrumento y empiezo a hacerlo sonar, me convierto en un moldeador de sonidos. De la nada aparente del silencio surge la música. Es la misma sensación que cuando ves cómo de un lápiz y del blanco de un papel surge un dibujo, un poema… En esa misma nada reside la imaginación, el arte; del silencio surge la música; la Cultura es la música del pensamiento humano.
Por cierto, es de Aristóteles la definición y recomendación de la música al principio de este artículo, de la que habla tanto en su Poética como en su Política. ¡Ay, los griegos!
¡Feliz Día Europeo de la Música!
(Yago Mahúgo es concertista internacional y diputado de Ciudadanos en la Comisión de Cultura de la Asamblea de Madrid)