Croissants en Helsinki
PARÍS
Obras de Chausson, Prokofiev y Rautavaara. Hilary Hahn, violín. Orquesta Filarmónica de Radio Francia. Dir.: Mikko Franck / Deutsche Grammophon
Cuando en 2001 oímos el término inglés multiple issues solemos pensar que la Covid no es la única causa de muerte. Este álbum tiene multiple issues.
En el lado positivo, supone el regreso de la violinista estadounidense Hilary Hahn tras un año sabático que se ha convertido en dos por causa y efecto de la pandemia. Hahn, de 41 años, es una de las pocas violinistas que goza de un amplio reconocimiento mediático, y a quien echamos mucho de menos en nuestros vacíos auditorios.
Su estilo y su técnica no han perdido nada de su agresiva asertividad ni de su instinto para llegar al público. El álbum, que contiene obras de un finlandés, un ruso y un francés, se titula Paris porque Hahn ha soñado durante mucho tiempo con vivir allí. C’est tout.
La orquesta es la de Radio France, dirigida por su director titular, el finés Mikko Franck. En el primer concierto de Prokofiev, Hahn toca con susurrante asombro al que responden los vientos franceses con galanterías de labios fruncidos. Me temo que ahí acaban los aspectos positivos.
La interpretación de Hahn del Poème de Chausson carece de color, pasión y seducción. En términos de interpretación tradicional, no es neurotípica. Tampoco es parisina en ningún sentido que un servidor, que es medio parisino, pueda reconocer.
Cierran el álbum dos serenatas de Einojuhani Rautavaraa, un compositor que luchó toda su vida por escapar de la sombra de Sibelius y encontrar otros medios para expresar la inmensidad de la tundra nórdica. La música es tardorromántica, perfectamente adecuada en carácter y duración a una playlist para la hora del desayuno. No exige demasido virtuosismo por parte de Hahn. En total, el álbum apenas llega a los 50 minutos de música, y he de confesar que tampoco me quedo con ganas de más. En cuanto al título, he comido croissants más crujientes en Helsinki.
Norman Lebrecht