CÓRDOBA / Homenaje a Don Quijote, por José Antonio Cantón

Córdoba. Orquesta de Córdoba. Teatro Góngora. 28-II-2019. Auxiliadora Toledano (soprano), Pablo García-López (tenor) y Francisco Araiza (tenor). Director: Carlos Domínguez-Nieto. Obras de Chapí, Boismortier, García Abril y Falla.
José Antonio Cantón
El tradicional Concierto del Día de Andalucía que cada temporada programa la Orquesta de Córdoba ha estado dedicado en esta ocasión a la figura de Don Quijote, propiciando la oportunidad de poder escuchar, en versión concierto, una de las más significativas obras dedicadas a este gran personaje literario como es El Retablo de Maese Pedro de Manuel de Falla, todo un referente en el catálogo del compositor gaditano que es como decir de la música española del siglo XX. Para su interpretación se ha contado con la participación de dos cantantes cordobeses de gran proyección artística, Auxiliadora Toledano y Pablo García-López, junto al tenor mejicano Francisco Araiza, uno de los más aclamados cantantes que ha dado la tierra azteca y de los más destacados del panorama internacional durante el último tercio de la pasada centuria.
Carlos Domínguez-Nieto ha querido jugar con la imaginación del espectador ofreciendo directamente la interpretación sin ponerle en antecedentes de la obra, queriendo experimentar el impacto que esta produce dada la condensada fuerza de su contenido. Para ello ha querido remarcar la ejecución y consiguiente dirección de los estilos en los que se sustenta esta singular pieza de teatro lírico para títeres y cantantes que se sitúa en un episodio de la universal novela cervantina recogido en sus capítulos XXV y XXVI. Por un lado ha enfatizado al infante pregonero en la figura de la soprano, encargada de dar vida a Trujamán, verdadero relator del argumento. En tal cometido, Auxiliadora Toledano ha cargado de sentido dramático su cometido llegando casi a la acción escénica en sus intervenciones del inicio de esta obra con muñecos, que tiene la particularidad de constituirse en teatro dentro del teatro, ya que se producen simultáneamente la acción de los actores y la participación de las marionetas. Posiblemente esta distinción no queda lo suficientemente discriminada en el lineal discurso de la versión concierto, pero siempre fue compensada por la intensidad expresiva con la que Domínguez-Nieto ha transmitido su música así como por la implicación de los cantantes en sus respectivos personajes.
El maestro también ha sabido encontrar ese particular carácter evocador que Falla quiso dar a los pasajes de la cabalgada de Don Gayferos así como a la espera de Melisenda, acentuando el sentido de romance musical cuasi-medieval que tienen estos episodios. Se ha situado en el imaginario de Cervantes y su Quijote contando con la valiosa intervención de los dos cantantes masculinos; Pablo García-López representando al titiritero Maese Pedro y Francisco Araiza, poniendo su voz de tenor al hidalgo Don Alonso Quijano, si bien es verdad y habitual que sea un barítono, incluso un bajo, quien desempeñe tal función. Con todo, se pudo apreciar el dominio del arte escénico del mejicano, experimentado en los mejores escenarios del mundo a lo largo de una admirable carrera. Finalmente, el hecho de contar con una orquesta más numerosa de la que propuso el autor para su estreno parisino el 23 de junio de 1923 en el teatrito del palacio de la princesa de Polignac, su dedicataria, no ha afectado al mensaje de la obra en la que Falla, con una absoluta depuración de los elementos que pone en juego y desde una extraordinaria simplificación de procedimientos, alcanza máximos efectos expresivos, lo que lleva a situar esta obra, junto a su genial Concerto y su no menos singular Fantasía béticapara piano, todavía hoy en día, entre las mayores aportaciones españolas a la música, que le han llevado a ser considerado como el compositor español con mayor proyección histórica desde los grandes maestros de nuestro Siglo de Oro.
En la primera parte del concierto destacó el poema sinfónico de Jesús Guridi Una aventura de Don Quijote que hace referencia al capítulo VIII y IX de la gran novela Don Miguel de Cervantes en los que se narra el combate que mantuvieron el gallardo vasco y el envalentonado hidalgo. El director sacó el máximo partido a la dimensión de la orquesta, de manera especial a los metales dentro de esa idea del autor de asemejarse a los estilemas straussianos que apunta esta obra. Muy interesante fue el tratamiento de la obertura y dos piezas instrumentales del primer acto del ballet-cantado Don Quijote en la casa de la Duquesa compuesto por el compositor francés del siglo XVIII Joseph Bodin Boismortier, dada la articulación y el fraseo barrocos empleados. Antes, Carlos Domínguez-Nieto, dio una cabal muestra del arte musical del gran zarzuelista villenense Ruperto Chapí, haciendo una dirección expansiva del Preludio y seguidillas de su obra La venta de Don Quijoteque sirvió para estimular la atención del público. Así mismo fue muy interesante, por el sugestivo tratamiento expresivo, su interpretación de cuatro de las seis piezas que integran la pequeña suite para orquesta Canciones y Danzas para Dulcinea de Antón García Abril, sintéticos ejemplos de la plasticidad musical de este prolífico autor turolense.
La Orquesta de Córdoba una vez más ha celebrado con brillantez el día de la Comunidad Autónoma Andaluza cargando de esencias hispanas el contenido de un programa bien pensado para la ocasión y mejor interpretado para un público que disfrutó con la puesta en música de varios episodios de la paradigmática novela cervantina.
(Foto: Paco Casado)