CÓRDOBA / Amable Clasicismo

Córdoba. Gran Teatro. 16-I-2020. Orquesta de Córdoba. Solista: Pedro Fernández Millán (violonchelo). Dirección: Virginia Martínez. Obras de Haydn, Martín y Soler, Mozart y Respighi.
El quinto concierto de abono de la presente temporada musical de la Orquesta de Córdoba (OC) ha estado protagonizado por dos músicos nacidos en Murcia como son la molinense Virginia Martínez, actual directora titular y artística de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia y el violonchelista lorquino Pedro Fernández Millán. Era la cuarta invitación que tenía la primera para dirigir la orquesta cordobesa y la primera del joven instrumentista. Ambos llevaron a cabo su actuación con un programa dedicado en su mayoría de obras de la Primera Escuela de Viena además de una de las composiciones más interesantemente descriptivas de Respighi. De todas ellas se desprende un sentimiento de amable complacencia que, desde la orquesta, se irradió al público ayudado por la delicada distinción que quiso imprimir la directora a su interpretación.
La pequeña Obertura de la ópera ‘Una cosa rara’ del valenciano Vicente Martín i Soler, sirvió para poner en ambiente al público que se sentía inmerso en la elegancia de su música, que llegó a rivalizar con la de Mozart por calidad de invención y tratamiento técnico. Con esta obra se pudo apreciar la buena adaptación entre batuta y el instrumento orquestal, asumiendo cada uno su cometido con agradable condescendencia, actitud mutua que se mantuvo a lo largo de toda la velada con lo que ello significó de positivo para su resultado artístico.
En segundo lugar se presentaba una de las obras concertantes más admiradas del periodo clásico; el conocido Concierto para violonchelo y orquesta nº 1 en Do mayor de Franz Joseph Haydn. Alentado por Virginia Martínez, Pedro Fernández Millán se presentaba con el instrumento que perteneció al gran violonchelista algezareño Miguel Ángel Clares, fallecido en 2002 con sólo veintiséis años, y del que se sigue manteniendo un gran recuerdo y admiración por su arte. Con tales estímulos afrontó la interpretación de esta obra destacando en la cadencia del primer movimiento, certeramente articulada, en el Adagio central, donde proyectó mejor su temperamento musical para dialogar con espontánea dicción y en el estimulante allegro final, imprimiendo a su ejecución un cierto carácter barroco italianizante. Con sólo diecinueve años, este violonchelista está llamado a convertirse en un gran intérprete ante el manifiesto aprovechamiento de la distinguida formación post-grado que está recibiendo en la muy prestigiosa Academia de Música de Basilea.
El concierto continuó en su segunda parte con la Sinfonía nº 33 Kv 319 de Mozart con la que la OC lució el progreso alcanzado en las dos últimas temporadas con su actual titular, el maestro Carlos Domínguez-Nieto. El equilibrio entre la cuerda y la madera se convertía en el principal logro de la conducción de Virginia Martínez llena de cordial jovialidad en el primer tiempo. Contrastó la doble temática del andante que le sigue para, después de un colorista minueto al que imprimió chispa y salero, alcanzar plenitud expresiva en el último movimiento, donde Mozart proyecta ese don casi sobrenatural de amable inspiración musical.
Con este talante y un plus detallista, se adentró Virginia Martínez en la obra que cerraba el programa; la pequeña suite sinfónica Gli ucelli (Los pájaros) de Ottorino Respighi, que venía a confirmar la complacencia y el agrado que se vivió y experimentó en este quinto concierto de abono de la OC de la presente temporada. La directora supo sacar el mejor colorido de la orquesta acentuando la tímbrica, lo que favoreció el aspecto imitativo sonoro de cada uno de sus cinco pasajes dedicados al canto de las aves que el autor desarrolla a través de la utilización de temas musicales de autores del barroco, lo que aseguraba un atractivo virtuosismo orquestal estimulado por la objetiva dirección de Virginia Martínez, que supo mantener en todo momento con gran eficacia técnica y manifiesta calidad musical.
(Foto de Paco Casado)