BRAGANZA / Broche de oro a un festival ecléctico y brillante
Braganza. 6/9-X-2022. 2º Festival Internacional de Música Bragança ClassicFest. Igreja de Santa Maria. Diana Tischenko (violín), Filipe Pinto-Ribeiro (piano). • Teatro Municipal. Marcelo Nisinman (bandoneón), Diana Tischenko (violín), Tiago Pinto-Ribeiro (contrabajo), Rosa Maria Barrantes (piano) • Igreja de São Francisco. Juventus Ensemble, Filipe Pinto-Ribeiro (piano). • Teatro Municipal. Lena Belkina (mezzo-soprano), Matthias Samuil (piano).
La segunda edición del Festival internacional de Música Bragança, ClassicFest, se desarrolló entre el 29 de septiembre y el 9 de octubre de 2022 en la ciudad de arte e historia de Braganza, urbe patrimonial de excepción, cercana a frontera española. Bajo la dirección artística del pianista Filipe Pinto-Ribeiro, el Festival 2022 ha conseguido un éxito enorme (con salas repletas y un público entusiasta), con el empeño de asociar lugares soberbios a programas musicales de alto nivel. Grandes solistas y conjuntos instrumentales se sucedieron allí (y hay que subrayar la amplia presencia internacional), como Gérard Caussé, Diana Tishchenko, Marcelo Nisinman, Lena Belkina, y hasta la Orquesta de cámara de Viena —y también los jóvenes artistas portugueses del nuevo Juventus Ensemble—. Los cuatro últimos conciertos del festival, los días 6, 7, 8 y 9 de octubre tuvieron especial fuerza en cuanto a calidad de ejecución, y en términos de emoción.
El primero reunió, en la magnífica iglesia de Santa Maria, situada en el interior de la ciudadela medieval, a la violinista ucraniana Diana Tischchenko, con su excepcional violín Stradivarius; y el pianista Filipe Pinto-Ribeiro, en un programa que ofrecía amplio espacio a Schubert y a Debussy. Partía con la frescura y suavidad del Gran Dúo D 574 de Schubert, y siguió como contraste una pieza para violín solo del compositor ucraniano Bohdan Sehin, que era estreno mundial. La escritura es sobria, trágica, corta el aliente en los pizzicati en triple forte, como balas de fusil, cuando por debajo se deja oír la última berceuse. Era necesario atreverse con Tzigane, de Ravel, para volver a la vida. La tocaron con una audacia loca, libre, y el dúo sorprendió por lo extenso de sus matices, que devolvían a Ravel todas las emociones contenidas en esta pieza ardiente. Terminaba la fiesta con tres fragmentos de Gershwin, tropicalizando el ambiente en esta velada ya de por sí calurosa.
En el concierto día 7, en el soberbio y muy cómodo marco del Teatro municipal de la ciudad, volvíamos a encontrarnos con la violinista ucraniana, acompañada ahora por Rosa Maria Barrantes (al piano), Tiago Pinto-Ribeiro (contrabajo) y Marcelo Nisinman (bandoneón) en una velada consagrada al tango. La llegada de Marcelo Nisinman era ya de por sí un acontecimiento: bandoneonista virtuoso, compositor modernista, en el concierto alternó sus propias composiciones con las de su maestro Astor Piazzola. El color de este tango suyo es más negro que rojo, y alternan ahí nostalgia, drama y melancolía. Pour quoi tu te lèves, fragmento escrito en París en un momento de abandono, revelaba todo esto. Fue palpable el entendimiento de los demás con el bandoneonista, como si no formaran más que una sola entidad, así que la nostalgia pasó de manera natural por este canto sentimental y exquisito, cuya amalgama de timbres lograba un alma única en la música de Nisinman y Piazzola.
El día 8, ahora en el interior de la iglesia del Convento São Francisco, adquirido recientemente por la municipalidad, tenía lugar el primer concierto de un nuevo conjunto, el Juventus, compuesto por Filipe Pinto-Ribeiro (su director) y jóvenes músicos como Malina Ciabanu (violín), Manuel de Almeida Ferrer (violín), João Alvares Abreu (viola) y Pedro Gomes Silva (violonchelo). El programa ofrecía el Quinteto para piano y cuerdas de Dvořák, precedido por el Cuarteto de cuerda de Eurico Carrapatoso, interpretado en presencia del compositor, originario él mismo de la región de Braganza e inspirado en ella. Los jóvenes intérpretes de estas veladas, salido de entre los mejores alumnos de las últimas academias del Festival Verão Clássico de Lisboa (dirigido también por Filipe Pinto-Ribeiro) estaban imbuidos por esta música, y lograron llevarla a la cima mediante su entusiasmo y su frescura. A continuación, a los cuatro jóvenes músicos se les unía, con Dvořák, Filipe Pinto-Ribeiro, con gran maestría, para ofrecer una interpretación apasionada, furiosa, alegre, del famoso Quinteto op. 81.
Finalmente, el concierto de clausura (en el Teatro) estuvo dedicado a la voz con un recital de la excelente mezzo ucraniana Lena Belkina, acompañada al piano por el pianista alemán Matthias Samuil. Ofrecían al público un recital de extrema sensibilidad, a modo de un crescendo, al encarnar gran número de personajes de ópera que ella ha interpretado a lo largo de su carrera, en especial en la Opera de Viena, en que formó parte de la compañía de la renombrada Staatsoper. Entre ellos, destacaremos el aria de Dalila Mon cœur s’ouvre à ta voix, de la ópera Samson et Dalila de Saint-Saëns, de un aliento dramático y una potencia tan insólitas que asombró al público. En resumen, una clausura brillante de este festival ecléctico y de elevado estilo musical.
Emmanuel Andrieu