Unidos por Bach
Con pocos semanas de diferencia se han muerto Alexis Weissenberg y Gustav Leonhardt, dos artistas muy distintos, no ya con repertorios bien diferentes sino hasta opuestos en su acercamiento a un músico al que los dos adoraban: Johann Sebastian Bach. Y es que también se puede amar a Bach como lo hacía Weissenberg, desde el uso de un instrumento que no fue aquel del que el creador se sirviera para convertir su inspiración en notas. Y ahí Leonhardt, que nos descubrió un mundo nuevo, militaba en el polo opuesto, en el de una autenticidad probablemente imposible pero extraordinariamente hermosa. No vale la pena entrar en polémica ni volver a escribir de lo que tanto se ha escrito y con tantas razones desde un lado o el otro. Simplemente recordar a dos músicos –dos estilos en todo el sentido de la palabra- que nos hicieron felices y nos animaron a pensar, desde la verdad o desde el error, según se mire, pero en cualquier caso desde la belleza. Nunca olvidaré el primer día que viera tocar a cada uno de ellos, pues son fechas que forman parte de mi vida de aficionado, y en el caso de Weissenberg también de la más íntima.
Luis Suñén