Hay talento en Madrid, 2: María Pastor y Juan Pastor en Guindalera
Ahora soy yo el que le lleva la contraria al mundo, le digo a Contreras, que tiene como vocación (acaso profesión) la de Groucho en aquella película inolvidable: sea lo que sea, I am against it! Así se lo digo: si en los papeles pone que Madrid está en decadencia, yo vengo y les saco la película de la que hablé en mi bitácora anterior (Esperando septiembre, de Tina Olivares), y hoy les señalo lo muy conveniente que es ir a Guindalera, Escena abierta, un teatro que uno lleva en el corazón por la inteligencia y brillo de sus montajes, para ver Duet por one, pieza de Tom Kempinski interpretada por María Pastor, la paciente; y Juan Pastor, el doctor.
Antes de que prosiga en mi recomendación, Contreras me advierte: la obra de Kempinski es débil, pero es cierto que la representación es espléndida. Me lleva la contraria, y al mismo tiempo me da la razón. Contreras es así.
Basada en la figura de la inolvidable y maravillosa violoncellista Jacqueline Du Pré, en su enfermedad y en una supuesta o real sicoterapia, la partitura de Kempinski sirve para un recital que está muy por encima del texto. De nuevo, en una sala pequeña, alternativa, vemos espléndido teatro. El padre, Juan Pastor, dirige a la hija, María Pastor. De estirpe y de escuela: de ahí le viene el talento a María, una actriz joven que ha madurado de manera asombrosa. Durante unas semanas, todavía será posible asistir a este magnífico espectáculo.
Consulten este video, y los verán a los dos. Si me permiten una frivolidad, diré que dan ganas de parafrasear la ópera de Richard Strauss: Wie schön ist die Prinzessin María heute Nacht!
Dentro de unos días seguiré llevando la contraria y volveré a asegurar que en Madrid hay talento, y hablaré de una sala que no está lejos de Guindalera, la Sala Tribueñe. A estas alturas no sé si es cierto que resistir en vencer. Pero hay que resistir.