Hablar por no callar
Hay que tomarse las cosas en serio. No frivolizar como hacía Zubin Mehta en unas declaraciones recientes al afirmar que el gobierno central no apoya suficientemente el Palau de les Arts porque en Valencia gobierna el PP. Quizá más que pensarlo, el maestro lo ha oído en alguna parte y lo repite cada vez con mayor convencimiento –no es la primera vez que habla de ello. Y sin embargo debe saber que el Ministerio de Cultura no forma parte del patronato del Palau de les Arts, cuestión ésta más precisa que la de la diferencia ideológica y por la que sí que debiera haberse preguntado desde el primer momento, incluso haber puesto algo de su parte desde su altura de figura incontestable en lo suyo. O si no, no se habla de política, ni antes ni después. El Ministerio ha esgrimido sus razones. La exigencia de la autoridad central de una mayor transparencia en la gestión o de aclarar la evidencia de la sostenibilidad del modelo –que de eso se trataba- es asunto que debiera haberse resuelto antes por una vía más diplomática y con las cartas sobre la mesa. Desde la altura de un gran sueldo y con una responsabilidad relativa no se debe hablar por no callar. Las declaraciones de Zubin Mehta, que califica, además, de valkiria a Rita Barberá y pasa como sobre ascuas por las acusaciones de corrupción al presidente Camps –quejándose, sin embargo, de que haya bajado la aportación económica de la Generalitat al Palau de les Arts-, no empecen en lo más mínimo sus cualidades musicales. Más bien recuerdan al director que da los resultados de los partidos de fútbol después de las óperas, cosa que no a todo el mundo le hace gracia.