BILBAO / El arte de Frank Peter Zimmermann

Bilbao. Palacio Euskalduna. 12-XI-2021. Frank Peter Zimmermann, violín. Orquesta Sinfónica de Bilbao. Director: Erik Nielsen. Obras de Isasi, Berg y Chaikovski.
Los múltiples atractivos de este largo programa de la Sinfónica de Bilbao comenzaban con la presencia de una pieza de Andrés Isasi, uno de esos compositores vascos de inicios del XX maltratados por el paso del tiempo, abandonado durante décadas a un aislamiento que comenzó a serle impuesto en vida por sus propios conciudadanos, en parte porque su vocación profundamente alemana tenía algo de revulsivo frente a una sociedad empeñada en sus aspiraciones nacionales. Erostische Dichtung, compuesta en Berlín con 22 años, revive el cromatismo wagneriano en el ambiente exuberante de los poemas sinfónicos de Strauss, como si ambas influencias hubieran de ser indistinguibles, brindando a Nielsen la oportunidad de mostrar todos los encantos de la orquesta, ese sonido expansivo que en sus manos se vuelve a un tiempo limpio y avasallador. Lo hizo también en el Concierto para violín de Berg, espléndidamente tocado por un Frank Peter Zimmermann tan deslumbrante en lo técnico como en lo expresivo, como un tímido de mirada intensa, siempre dentro de la obra, siempre dentro de esta música que ha madurado durante largo tiempo hasta dominarla en todos sus matices.
Es tanta la literatura creada en torno a la Sexta de Chaikovski que lo innovador es ofrecer lecturas diáfanas y poco agresivas como la de Nielsen, seducir por la vía del sonido y permitir que la música hable por sí misma. Nada hacía creer que huía de las emociones, pero al imprimir una respiración más contenida, al potenciar las voces secundarias y al primar el equilibrio entre los grupos instrumentales sobre la energía orquestal (que tampoco faltó, pues está en la partitura) no solo sostuvo musicalmente la sinfonía entera, sino que permitió contemplarla desde una perspectiva distinta: el de Chaikovski, como el de Berg, se veía como un sufrimiento íntimo. Y al final logró el momento más conmovedor, el progresivo descenso del sonido hacia una extinción extremadamente sutil.
Asier Vallejo Ugarte