BARCELONA / Un Zukerman magistral seduce con el ‘Concierto’ de Beethoven
Barcelona. L’ Auditori. 24-04-2023. Sinfonia Varsovia. Pinchas Zukerman, violín y dirección. Obras de Penderecki, Schubert, Beethoven
El violinista Pinchas Zukerman acaparó el protagonismo de la velada junto a la Sinfonía Varsovia, deslumbrando con una soberbia interpretación del Concierto para violín de Beethoven. El concierto celebrado en el Auditori iba a ser dirigido por Tatsuya Shimono, pero pocos días atrás, mientras se encontraba ensayando el programa con la orquesta, el director japonés sufrió un cuadro agudo de hipertensión que le obligó a mantener reposo absoluto. Ante la premura de los acontecimientos, el propio Zukerman se prestó a tomar las riendas del concierto y evitar así la suspensión del evento inscrito dentro de la temporada Ibercámera. El programa tuvo un cambio sustancial: la Sinfonía del Nuevo Mundo, prevista de inicio, no figuraba en repertorio del violinista y director israelí, siendo substituida finalmente por la Sinfonía nº 5 de Schubert.
La sesión se abrió con la interpretación de la Chacona in memoriam Giovanni Paolo II de Krzysztof Penderecki. Con esta obra para orquesta de cuerda escrita en 2005, Penderecki concluyó su Réquiem polaco, dedicado a distintas personalidades -desde los héroes del Gueto de Varsovia a Lech Walesa-, que fue estrenado en su primera versión en 1984 bajo la dirección de Mstislav Rostropovich. Las cuerdas compactas de la Sinfonia Varsovia nos sumergieron dentro de una música de sugerente expresión en el fraseo, melancólica, con cuidados cromatismos situados dentro de una polifonía que se mueve en un ámbito tonal.
Ya bajo la dirección de Zukerman, la Sinfonia Varsovia abordó la Sinfonía nº 5 de Schubert. El perfecto equilibrio del primer movimiento, su claridad temática y luminosidad impulsaron al director israelí a ofrecer una lectura que obedecía a los cánones de proporción clásicos. Ninguna desmesura, una naturalidad que siguió fluyendo en el Andante con moto y que nos imbuyó del espíritu mozartiano que siempre asoma dentro de esta sinfonía. El bucólico Minueto dio paso a un mesurado Allegro vivace alejado de sonidos abruptos y en el que ante todo volvió a primar una elegante claridad expresiva.
Pinchas Zukerman es uno de los artistas fetiche de la temporada Ibércamera y sus constantes apariciones en este ciclo de conciertos siempre han sido sinónimo de éxito. Su paso por el Concierto para violín de Beethoven fue un reflejo de aquel modo interpretativo basado en una lectura canónica, que atesora la tradición interpretativa de Heifetz o Stern, alejada de desmesuras y amparándose en la magia del sonido del violín que lleva entre manos. Un Beethoven en el que convivió tanto la sutileza extrema como un apasionamiento romántico dotado de fraseos bellísimos en la dicción. Con el buen apoyo de la Sinfonia Varsovia, Zukerman acaparó toda la atención interpretativa con unas notas siempre calibradas. Intenso en un radiante primer movimiento, refinadísimo y prístino en la romanza y con un amplio espectro de planos sonoros emergiendo en el Rondó, Zukerman volvió a brillar y triunfar en el escenario, algo que lleva mostrándonos desde más de cinco exitosas décadas.
Lluís Trullén
(fotos: Mario Wurzburger)