BARCELONA / Tributo a la música francesa bajo la batuta de Morlot
Barcelona. L’ Auditori. 28-01-2023. Marta Mathéu, soprano. Anna Alàs, mezzosoprano. Bertrand Chamayou, piano. Vlad Stanculeasa, violín. Charles-Antoine Archambault, violonchelo. Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC). Coro femenino de l’Orfeó Català. Director: Ludovic Morlot. Obras de Debussy, Saint-Saëns, Falla y Ravel.
La OBC, dirigida por su titular Ludovic Morlot, proponía en esta ocasión un programa marcadamente francés, con obras de Debussy, Saint-Saëns y Ravel, acompañadas por Noches en los jardines de España, que, en palabras de Stefano Russomanno extraídas de los comentarios del concierto, “puede que sea la creación más francesa de Manuel de Falla”. Obras cuidadosamente seleccionadas y con distintos protagonistas vocales e instrumentales, que tuvieron en el pianista Bertrand Chamayou a un solista de excepción.
El concierto se inició con La damoiselle élue, obra de Debussy inspirada en la poesía del pintor prerrafaelita Dante Gabriel Rossetti. Música persuasiva, sensual, retrato del amor mediante la luminosidad que desprende el color de las pinturas de los antiguos italianos, representada con refinadas melodías y delicadas y sugerentes armonías. Voces como las del coro de voces femeninas del Orfeó Català, siempre refinadísimo en la creación de texturas en piano, de una Marta Mathéu delicadísima, y de la sutil Anna Alàs brillaron en la interpretación de esta obra, en la que las texturas orquestales y las voces deben ensamblarse en un todo unitario, algo que Morlot logró con extrema elegancia.
Siguió la bellísima La muse et le poète de Saint-Saëns, con personajes encarnados por Vlad Stanculeasa, concertino de la OBC, y Charles-Antoine Archambault, violonchelo principal de la orquesta. Retrato de inspiración artística, es música que dialoga entre la persuasión lírica y el más exacerbado apasionamiento. Constantes idas y venidas para un relato tan próximo al poema sinfónico, con un sustento orquestal planteado por la OBC que resultó en los momentos más apasionados excesivamente llano frente al intenso y bellísimo diálogo expuesto por los dos solistas. Texturas exquisitas las dibujadas por Morlot en los pasajes más tenues, en una interpretación que resultó más inspirada en los instantes más sutiles.
Doble reto el que debía afrontar Bertrand Chamayou ante dos obras de gran exigencia técnica como son Noches en los jardines de España y el Concierto para piano para la mano izquierda de Ravel. El pianista estuvo técnicamente impecable en la obra de Falla, con claridad en la articulación y sonoridades pianísticas que consiguieron evocar los colores sugerentes de aquellos Generalife y Jardines de la Sierra de Córdoba tan sutilmente imaginados por el compositor andaluz. Precisión en la exigente velocidad de las notas repetidas y distintas ornamentaciones para una versión bien respaldada por la OBC. Bien resuelto este primer envite, Chamayou brilló luego con un Ravel colosal. Es música que domina a la perfección y que afronta con valentía. Versión hercúlea, lisztiana, con un Morlot espléndido al frente de una OBC que respondió a las mil maravillas. Fuera de programa, Chamayou ofreció La pavana para una infanta difunta, rúbrica a un concierto con un marcado acento francés.
Lluís Trullén