BARCELONA / Savall, entre los elementos y las furias
Barcelona. Palau de la Música Catalana. 15-II-2023. Le Concert des Nations. Director: Jordi Savall. Obras de Rebel, Haendel y Gluck.
Con un Palau que presentaba un lleno prácticamente absoluto, Jordi Savall y Le Concert des Nations brindaron al público un concierto dedicado a la música orquestal del XVIII, integrado por Les Eléments de Rebel, la primera Suite de la Música acuática de Haendel y el ballet Don Juan ou Le Festin de Pierre de Christoph Willibald Gluck, composición que llevó a los estudios de grabación un año atrás y que como el propio director catalán explicó que interpretaba por primera vez en directo, además de suponer su estreno absoluto en Barcelona.
Fue un programa a la medida de Savall, y una música que permitió a los integrantes de Le Concert des Nations, con Manfredo Kraemer como concertino, desplegar sus virtudes individuales. Savall planteó Les Éléments como un gran poema sinfónico, cuyo inicio, como el propio Rebel señala en el prefacio de la obra, evoca el caos, con sonidos perturbadores que dan paso a las aguas, retratadas musicalmente por las flautas, y al fuego, dibujado por los violines. Es una obra que, entre aires de Chacona, Rondeau o Loure, culmina su trayecto con los dos sugerentes Tambourin. Versión descriptiva y brillante, y que, como ya comentaba el propio director en el libreto que acompañaba la grabación antes mencionada, muestra aquella especialización de los músicos franceses del XVIII en “el arte de pintar música”. Savall resultó un buen retratista.
Tras esta capacidad descriptiva de Les Élements, se dio paso al refinamiento haendeliano, reflejado en la inolvidable de Suite en Fa Mayor de la Música Acuática. Savall fue al encuentro del detallismo y de la variedad de sonidos, jugando con el buen hacer de las flautas y de las trompas naturales, con una versión dinámica, de contrastados efectos de color que nunca empañaron la elegancia de las melodías. Fue un Haendel brillante y elocuente, que evocaba la atmósfera de aquel al paseo por el Támesis del rey Jorge I. Savall logró una versión fluida y elocuente, de una energía magnetizadora.
El ballet pantomima Don Juan ou Le Festin de Pierre, estrenado en Viena en 1761, conduce, bajo un discurso narrativo preestablecido, a la leyenda de Don Juan y su descenso a los infiernos. Los movimientos de danza de esta música de Gluck, iniciados con una sugestiva sinfonía y culminados con el Allegro non troppo final (el espectacular movimiento final titulado Las Furias), plantean una trama con sentido musical descriptivo. Savall dirigió con energía a un impecable Le Concert des Nations, transmitiendo una lectura en la que el contraste y los efectos fluyeron dentro de un sugestivo juego de colores. Es un Repertorio que va como anillo al dedo a Savall y a su conjunto orquestal. En esta ocasión primó la claridad de sonido, la precisión en las dinámicas y un gran despliegue de efectos que nunca turbaron el discurso narrativo de esta música tan innovadora de Gluck.
Lluís Trullén