BARCELONA / OBC: de la elegancia de Strauss al rigor de Chaikovski

Barcelona. L’Auditori. 4-II-2023. Cristina Gómez Godoy, oboe. Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC). Directora: Rebecca Tong. Obras de Ribera, Strauss y Chaikovski

Una semana después del brillante concierto que Morlot y la OBC dedicaron a la música francesa, la orquesta volvió a su esquema tradicional de programación, confeccionado por un estreno, un concierto y una sinfonía, que en esta ocasión recayó en la Quinta de Chaikovski , reclamo ineludible para público habitual y novel. El Auditori, presentó una buena entrada, presenció el estreno de la Suite in Stile Antico del manresano Manel Ribera y la estelar participación de Cristina Gómez Godoy (desde 2013, oboe principal de la Staatskapelle de Berlín) como solista del Concierto para oboe de Richard Strauss, obra que ya formó parte de la grabación para Warner Classics junto a la West-Eastern Divan Orchestra y Daniel Barenboim en el mes de febrero del pasado año.

Concierto desigual, bajo la batuta de la indonesia Rebecca Tong, directora residente de la Orquesta Sinfónica de Yakarta, que basó en la disciplina, en la precisión en los tempi y en la concreción a la hora de dar las entradas su caballo de batalla en la interpretación de la Sinfonía nº 5 de Chaikovski. La orquesta rayó a un buen nivel en sus secciones (cabe loar el gran trabajo del trompa solista), pero la diferenciación entre los planos sonoros (con unos poderosos metales que en muchos instantes ofuscaban el trabajo de las maderas y cuerdas) o el encuentro de líneas expresivas que permitieran una mayor profundización en  la riqueza melódica que envuelve  esta obra antológica de Chaikovski,  no permitieron adentrarnos en su inefable pathos romántico y lírico. No nos contagió la pasión y emoción que debe surgir en el oscuro y trágico motivo inicial, el vals estuvo más medido en lo rítmico que en el color del fraseo y en el triunfal finale,  ahora sí, fue donde Tong, con una radiante versión, encontró sus momentos más inspirados.  Fue el de Tong un Chaikovski preciso en el plano técnico, pero falto de emoción.

Delicadeza, precisión, elegancia… son términos que podrían definir la actuación de Cristina Gómez Godoy como solista del Concierto para oboe de Strauss.   Acompañada por una orquesta cuyas cuerdas recogieron  toda la sutileza armónica straussiana, bajo una delicada dirección de Tong, el trabajo de la solista en esta obra maestra de Strauss nos envolvió en un universo en el que tenían cabida desde las sonoridades más punzantes del Till Eulenspiegel hasta la calidez sonora neoclásica de la Ariadne auf Naxos. Gómez Godoy entró de lleno en el universo de Strauss, supo dibujar con su oboe una lectura que tiende al refinamiento, a la expresión más lírica, junto a una orquesta que pareció no haber olvidado aquella la huella straussiana que dejó décadas atrás Franz Paul Decker.

El propio Manel Ribera, compositor de la Suite in Stile Antico, explicó en un preivo a los asistentes al concierto, que para su composición se ha basado en los partimenti, esquemas compositivos utilizados en el período galante. Uno de los aspectos esenciales de la obra es su afinación: la orquesta queda dividida en dos secciones, cada una de las cuales afinadas a un cuarto de tono de distancia; el resultado es  una obra en que se dan la mano los esquemas rítmicos neoclásicos (con la  clara precisión de su estructura formal bajo la alternancia de tempi rápidos y lentos), bajo un sistema de afinación que crea una paleta de color de gran plasticidad. Buen trabajo de la OBC, con una Rebecca Tong que buscó en todo momento la exactitud y precisión técnica que poco después marcaría el devenir de su versión de la Sinfonía nº 5 de Chaiskovski

Lluís Trullén

(Foto: May Zircus / L’Auditori)