BARCELONA / La Coral Càrmina celebra en el Palau su 50º aniversario

Barcelona. Palau de la Música. 21-05-2023. Ulrike Haller, soprano. Mar Jordana, soprano. Roger Padullés, tenor. Coral Càrmina. Franz Schubert Filharmonia. Director: Daniel Mestre. Obras de Vivancos, Mendelssohn.
La Coral Càrmina celebró sus cincuenta años de trayectoria con un concierto en el Palau de la Música junto a la orquesta Franz Schubert Filharmonia. A finales de diciembre de 1972, Jordi Casas Bayer fundó esta agrupación coral que ha llevado por los escenarios un repertorio que abraza desde la polifonía medieval hasta estrenos de música contemporánea. Entre otros directores, el propio Jordi Casas, Josep Pons o actualmente Daniel Mestre –todos con una estrecha vinculación con la Escolanía de Montserrat– han dejado huella en la Coral Càrmina a lo largo de su historia. Para este concierto conmemorativo, inscrito dentro de la temporada de la Franz Schubert Filharmonia, se presentó un programa con un doble estreno de obras de Bernat Vivancos, precediendo a la majestuosa Sinfonía nº 2 “Lobgesang” de Mendelssohn.
Las composiciones corales de temática religiosa son una de las señas de identidad de la producción de Bernat Vivancos. Su paso como director musical de la Escolanía de Montserrat entre 2007 y 2014 marca un estilo compositivo en el que el tratamiento de las voces, la afinidad con el lenguaje tonal y un pulcro trabajo en las armonizaciones le ha llevado a compartir numerosos programas junto a la música de Arvo Pärt. Una delicada orquestación acompañó al canto gregoriano del himno Veni Creator Spiritus y una polifonía cuidada en la línea, sin saltos abruptos pero con un mayor riesgo armónico, glosó la música sobre el episodio bíblico El cántico de los tres jóvenes. La música toma su inspiración en el relato de los tres jóvenes exiliados en Babilonia, que condenados a morir en un horno al negarse a adorar una estatua pagana, serán finalmente salvados por un ángel. Composición sugerente, con líneas melódicas prístinas, con dinámicas cuidadas y moviéndose siempre dentro de un ámbito perfectamente tonal. La dirección de Daniel Mestre cuidó con esmero el equilibrio entre las cuerdas de la orquesta y las más de sesenta voces integrantes de la Coral Cármina.
Con la interpretación de la sinfonía Lobgesang de Mendelssohn, la Franz Schubert Filharmonia pudo mostrar su quehacer orquestal, con notoria sincronización de las cuerdas y unas maderas cálidas, pese a que los resultados fueron en su conjunto excesivamente planos en el tratamiento de las dinámicas. Interpretación que recaló en las plácidas líneas melódicas de este Canto de alabanza de Mendelssohn y en la que resultó encomiable el trabajo de los solistas vocales. La soprano Mar Jordana expuso una voz cálida y bien proyectada en sus breves intervenciones. Por su parte, Ulrike Haller desplegó un canto repleto de lirismo expresivo y sensibilidad en las bellísimas intervenciones junto al coro. El tenor Roger Padullés hilvanó unos fraseos controlados tanto en el volumen como en la variedad matices expuestos brillantemente en su centro vocal.
Destacaron las intervenciones de la Coral Cármina en el majestuoso coro Die Nacht ist vergangen, dentro de una interpretación a la que se echó en falta mayor solemnidad. Una lectura equilibrada, pero alejada de la plenitud sonora que conlleva el mensaje de esta sinfonía, escrita para conmemorar el 400º aniversario de la primera Biblia impresa por Gütenberg.
Lluís Trullén
(foto: Martí E. Berenguer)