BARCELONA / Julia Lezhneva y Dani Espasa dan brillo a la clausura del Festival Mozart de la OBC
Barcelona. Palau de la Música Catalana. 16-VII-2022. Festival Mozart. Julia Lezhneva, soprano. Francisco López, flauta. Larry Passin. clarinete. Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC). Director, clave y piano: Dani Espasa. Obras de Glück y Mozart.
La OBC ha cerrado su Festival Mozart de verano con un concierto en el Palau de la Música Catalana que, a pesar de la presencia de la soprano rusa Julia Lezhneva —en esta ocasión interpretando un repertorio habitual para mezzosoprano, contralto o contratenor: arias de Orfeo ed Euridice de Christoph Willibald Glück, cuyo papel estelar en la versión francesa lo interpretan tenores, y Wolfgang Amadeus Mozart— y de la siempre segura y cuidada dirección desde el clave de Dani Espasa, apenas medio llenó el templo modernista, con una asistencia de casi 900 espectadores. Con estas modestas cifras en taquilla, quizá conviene introducir cambios en los objetivos de este festival —el antiguo Festival Mozart que antaño abría la temporada de la OBC con directores como el desaparecido Christopher Hogwood o Christian Zacharias funcionaba mucho mejor—, por no hablar de lo difícil que es movilizar al público a las siete de la tarde con una ola de calor infernal.
Dani Espasa abrió el programa con una selección del Don Juan de Glück al frente de una OBC con nuevas incorporaciones en la plantilla (violas), que alternó momentos de ímpetu dramático y belleza sonora con pasajes algo borrosos y ciertos desequilibrios. De la generosa ración de piezas orquestales del programa destacó la versión del Ballet des ombres heureuses gracias al bellísimo sonido y la expresividad del flautista Francisco López, sensacional solista de la OBC.
Julia Lezhneva cantó en la primera parte Che faro senza Euridice y Addio i miei sospiri, e hizo cosas extraordinarias, especialmente en la segunda aria, luciendo una coloratura espectacular, precisión en las agilidades, valentía e imaginación en las ornamentaciones y agudos brillantes; pero su debilidad en el registro grave lastra la homogeneidad de la voz y su canto resulta menos natural. La concertación, por cierto, no siempre fue fácil.
La segunda parte, consagrada a Mozart, se abrió con una lectura de vigorosos acentos dramáticos de la obertura de La clemenza di Tito; para dar reposo a la solista, Espasa y la OBC completaron el programa con una selección de la música de ballet de Idomeneo que evidenció falta de ensayos.
Lezhneva brilló en la hermosa aria de Sesto Parto, ma tu ben mio gracias a un centro magníficamente proyectado —Larry Passin resolvió el obbligato de clarinete con voluntarioso empeño—, y lució sus preciadas virtudes en una rutilante versión de la sublime aria de concierto Ch’io mi scordi di te? – Non temer, amato bene, que contó con el inspirado y modélico acompañamiento de Espasa al piano y la OBC. Dos propinas mozartianas —el aria de concierto Voi avete un cor fedel KV 217 y Voi, che sapete— cerraron una agradable velada
Xavier Parera
(Foto: May Circus)