BARCELONA / Hipnótico debut de Roth y Les Siècles en Barcelona
Barcelona. Palau de la Música Catalana. 19-IV-2021 / Les Siècles. Orfeó Català. Juan de la Rubia, órgano. Director: François-Xavier Roth / Obras de Ravel y Saint-Saëns.
El esperado debut en Barcelona del director francés François-Xavier Roth será recordado por una versión memorable de la Suite n. 2 de Daphnis et Chloé de Ravel, con una gran aportación coral por parte de l’Orfeó Català, y una apasionada y romántica interpretación de la Sinfonía núm.3 ‘con órgano’ de Saint-Saëns, con Juan de la Rubia como solista. Concierto organizado por Palau 100 y del que se efectuaron dos sesiones en la tarde y noche del lunes, para dar cabida al público supeditado a las restricciones de aforo marcadas por el Procicat.
Los más de setenta músicos que integraban en esta ocasión la magnífica orquesta fundada por el propio Roth, Les Siècles, así como un nutrido coro –cantando con mascarilla- que se repartió entre los laterales de anfiteatro, primer piso y butacas adyacentes al órgano del Palau, sumergieron al respetable en la sublime música de las tres escenas que integran la segunda suite del ballet raveliano. Roth cuidó escrupulosamente los timbres y las sonoridades para recrear una atmósfera etérea ya desde Lever de jour, en que las pinceladas de color impresionista recreaban las sugerentes imágenes del sueño y despertar de Dafne en el marco de la sala modernista.
La complejidad armónica de esta Symphonie chorégraphique, su poder hipnótico, su magia en las eclosiones melódicas, obtuvieron una respuesta impecable por parte de la orquesta, cuyos músicos utilizaron instrumentos de finales del Siglo XIX para recrear el sonido original de esta obra estrenada en 1912, en una búsqueda de fidelidad historicista de la que Roth siempre ha sido un firme defensor. La precisión de la sección de percusión, las delicadas sonoridades de la nutrida sección de viento, la homogeneidad de las cuerdas, de trazo siempre aterciopelado, crearon una envolvente nube sonora bajo la dirección meticulosa y preciosista de un Roth atento siempre al detalle más ínfimo. Las sugerencias descriptivas llegaron a su culmen en la Pantomime y , por supuesto, en la eclosión tímbrica y rítmica de la Danse générale, con una magnífica prestación de un inspiradísmo Orfeó Català, que contribuyó a rematar una versión mágica y cautivadora de esta obra maestra de Ravel.
Las armonías impresionistas de Ravel dieron paso al tardorromanticismo que Saint-Saëns plasmó en su celebérrima Sinfonía núm.3, con un soberbio Juan de la Rubia en el rol de solista tocando el órgano Walcker del Palau. Roth brindó una lectura muy efectista, con especial incidencia en la inolvidable melodía que protagoniza el movimiento lento –espléndida la sección de cuerdas- y previamente llenando de majestuosidad el largo pasaje inicial, preámbulo a la luminosa entrada del órgano. Con un orquesta que respondía a las mil maravillas, tanto en la vivacidad que demanda el Scherzo como en el majestuoso final, la lectura planteada por Roth fue creciendo en luminosidad hasta alcanzar un apoteósico final cargado de solemnidad. La versión magnetizó por la multitud de efectos logrados por el director y sus músicos y por la actuación impecable de Juan de la Rubia, cuyo imponente sonido, precisión en las entradas y equilibrio en los volúmenes se sincronizaron a la perfección con la orquesta.
Aplausos interminables para un solista, una orquesta y un Roth exultante que no quiso despedirse sin leer en catalán un pequeño texto en el que se refirió a su debut en Barcelona y a que hoy con este concierto ‘Barcelona se ha convertido en capital mundial la música’, proclamando finalmente sendos ¡vivas! a Barcelona y a la música.
Programa de música francesa que como final de fiesta concluyó con la celebérrima Farándula de La Arlesiana de Bizet.
Lluís Trullén