BARCELONA / Benjamin Appl, en la línea de gran liederista
Barcelona. Sant Pau Recinte Modernista. 13-X-2022. Benjamin Appl, barítono. Joseph Middleton, piano. Obras de Kagel, Schumann, Strauss, Grieg.
La soprano sueca Miah Persson tuvo que cancelar por enfermedad su recital previsto dentro la temporada Life Victoria’22. La organización recurrió al barítono Benjamin Appl, unos de sus cantantes fetiche en las últimas ediciones del certamen liederístico, que, acompañado por Joseph Middleton, artista residente para este décimo aniversario del ciclo, nos ofreció un bellísimo programa dedicado a lieder de Kagel, Schumann, Strauss y Grieg.
El barítono alemán jugó de nuevo sus bazas artísticas para desplegar su voz amplísima de registros, así como su excelente disposición para hacer de las dinámicas y de los efectos multicolores un medio para exprimir al máximo el sentido expresivo de las canciones. Quien fuera el último alumno de Dietrich Fischer-Dieskau conoce un sinfín de secretos para convertir cada canción en una apuesta personal; la unión entre el lirismo de la música y el contenido poético debe formar una amalgama para establecer un perfecto equilibrio, siempre reforzado por el maravilloso acompañamiento servido por el piano de Middleton.
Appl, que además sabe manejar admirablemente su impecable presencia escénica, cantó con gran intensidad emotiva el maravilloso ciclo Dichterliebe de Schumann —fue sublime su paso por Ich grolle nicht— incidiendo en la carga emocional de las palabras de Heine y mostrando un centro vocal que se proyectaba con matices aterciopelados, que podía encumbrarse con naturalidad en nítidos agudos y sumergirse en el registro grave con gran fortaleza. Gran versión de este ‘amor de poeta’ en la cual en la cual el barítono se decantó más por lo poético que por el sentimiento apasionado y vehemente; la frescura que desplegó en Die Rose, die Lile… la tremenda carga emocional del siempre impactante de Die alten, bösen Lieder, dieron buena cuenta de la elegancia de un canto que ha sabido heredar de su gran maestro.
También cantó maravillosamente la música de Strauss, aunque la elección de unos tempi más bien lentos, los finales de frase lánguidos y elongados restaron cierta fluidez a la música de Die Nacht y muy especialmente a la sublime Morgen, excesivamente recargada de pausas y silencios. Con mucha más naturalidad brotaron las canciones de Edward Grieg, música en la lució el piano de Middleton y de la que Appl supo extraer su carácter descriptivo, jugando admirablemente con el sentido de las palabras y cantando con una facilidad pasmosa una canción de registro tan comprometido como Ein Traum.
El programa propuesto por Appl, largo y exigente, había iniciado su trayecto con Hebrew, de Mauricio Kagel, una canción que se mueve entre lo sereno y lo desgarrador y exhibe con un lenguaje que refleja a la perfección el postserialismo cultivado por el compositor argentino, cantada sin acompañamiento de piano y enlazada de forma admirable con el bellísimo lied Belsatzar de Schumann. Un inicio que presagió un gran recital de un Benjamin Appl, siempre fiel a un estilo de canto en el que se produce una perfecta simbiosis entre música y palabra.
Lluís Trullén