Badajoz / Año Nuevo ‘alla’ extremeña
Badajoz. Teatro López de Ayala. 1-I-2020. Orquesta de Extremadura. Director: Jaume Santonja. Obras de Johann Strauss II, Granados, Chueca, Chueca-Alfonso y Chaikovski.
Que Badajoz no es Viena lo saben hasta en Cáceres. Esta evidencia también se manifestó en el bien pergeñado repertorio del Concierto de Año Nuevo que la Orquesta de Extremadura ha ofrecido el día 1 en el Teatro López de Ayala de Badajoz, dirigida por Jaume Santonja y en el que los valses y polcas de siempre fueron trufados con músicas en absoluto menores de Granados y Federico Chueca. El programa, seguido por un público con ganas de disfrutar que abarrotó el coliseo pacense, presentaba, además, el aliciente de ofrecer algunos arreglos y orquestaciones de la gran música de Chueca firmados por el maestro extremeño de la composición Juan Alfonso García, nacido en Los Santos de Maimona en 1935, y fallecido en Granada (donde desarrolló su magistral vida musical) en 2015.
Tuvo el valenciano Jaume Santonja el acierto de no tratar de emular al pie de la letra la formula trillada del concierto vienés en este concierto de año nuevo alla extremeña. Convertido ya en uno de los más emergentes maestros de la batuta de la última generación española de directores de orquesta, y afincado en Birmingham, donde en su dinámica orquesta sinfónica es asistente y colaborador estrecho de Mirga Grazinyté-Tyla, el maestro de Bocairent abordó el bien surtido programa con ligereza, medios, cuidado sentido del fraseo y un pulso vivo -aunque en ocasiones riguroso en exceso, como en la polonesa de Yevguéni Onieguin– que sentó de maravilla tanto a las músicas vienesas como a los felices compases de Chueca, enaltecidos en el caso del “Vals del Caballero de Gracia” de La Gran Vía y en la polca y mazurca de El Chaleco blanco por el genio orquestador de Juan Alfonso García.
La muy crecida Orquesta de Extremadura –entre sus filas abundaban los aumentos y profesores invitados- sonó dúctil y armoniosamente empastada, vibrando con disciplina y dispuesta prontitud a las indicaciones de la batuta inspiradora de Santonja, a quien esta misma semana se le pudo ver en los Conciertos de TVE dirigiendo a la sinfónica de la casa una vehemente y más que aceptable versión de Petrushka. En Badajoz –el concierto se repite en Plasencia (día 2) y Villanueva de la Serena (día 3)- mimó los compases dramáticos e intensamente melódicos del intermedio de Goyescas, jugó con la gracia y el pulso rítmico –él mismo es brillante percusionista- de la Polca francesa de los campesinos y encandiló a todos con un final a la vienesa en el que no faltaron el por todos esperado Danubio azul y una festiva Marcha Radetzky palmeada por el público y hasta bailoteada en pleno patio de butacas por un espectador no se sabe si más fascinado por la música que por obra de Baco.
Justo Romero