ALICANTE / Xelo Giner, lieder sin palabras
Alicante. Auditorio ADDA. 25-IX-2020. Dúo Xelo Giner, saxofón. Judit Kerstész, piano. Obras de André Clapet, Claude Debussy, Maurice Ravel y Florent Schmitt.
Contar con la participación de la saxofonista Xelo Giner, acompañada por la pianista húngara Judit Kerstész, ha sido todo un lujo dentro del programa del Festival Contemporáneo del ADDA. En su actuación se han podido escuchar la reducción para piano de tres de las grandes obras para saxo y orquesta que se compusieron a principios del pasado siglo a petición de Elise Hall, entusiasta impulsora en la difusión del instrumento inventado por el belga Adolphe Sax.
Desde los primeros sonidos de la obra que abría el programa, Léyende op. 66 que Florent Schmitt compusiera en 1918, se podía aseverar que se estaba ante una interpretación de total referencia. Xelo Giner se presentaba integrada físicamente con el saxofón en un todo expresivo que sólo poseen los grandes intérpretes. Le bastaron poco más de diez minutos para, desde los aires rapsódicos de esta pieza de inestable ensoñación, crear una serie de atmósferas de sugestivo efecto para el oyente, en las que el color fue el verdadero protagonista, compensado por el vaporoso tratamiento cromático que Judit Kerstész transmitía desde el teclado. Su pianismo adquiría mayor relevancia con las dos piezas de la Suite Bergamasque de Claude Debussy, consiguiendo transmitir ese ilusionante universo de Clair de lune con exquisita elegancia y con indolente gracia el último episodio de la colección, Passapied, mostrando un esencial equilibrio entre ritmo y sonido.
Siguiendo con el mismo compositor, Xelo Giner se dispuso a hacer una versión, que sería antológica, de la reducción para piano de la Rapsodia para saxofón alto y orquesta. Encuadró su desarrollo llevando su instrumento a más, queriendo minimizar el misterioso y creciente incomodo que le supuso al autor su composición, paradójicamente debussyana. Continuó el concierto con el tercer encargo de Elise Hall: Légende de André Clapet. Una manifiesta orientación orquestal dada al piano fue uno de los secretos de su interpretación, que permitía un rico legato en su discurso y donde la sonoridad de cada instrumento se fusionaba con la del otro con opositora flexibilidad.
El carácter canoro fue lo más destacado de la interpretación de la versión para esta combinación instrumental de la Pièce en forme de Habanera de Murice Ravel, que vino a sustituir a su anunciada Sonatine. Como sucedió a lo largo del concierto, Xelo Giner elevó su saxo alto a mayor grado de expresividad, imitando la voz humana con una asombrosa colocación del sonido, demostrando absoluto dominio de la técnica de portamento. Judit Kerstész desplegó con gran elasticidad y sutileza la profundidad de su ataque, lo que favoreció la expresividad alcanzada en la constante repetición de tal ritmo caribeño, sosteniendo los efectos de vocalización del saxo, que llevaban a un escuchante atento a recordar la diversidad de registros que llegó a conseguir Ravel en sus canciones Histoires naurelles. Se cerraba así una actuación ejemplar en el modo de hacer con un instrumento de metal lieder sin palabras.
José Antonio Cantón