Albert Recasens recupera en un CD la enorme figura de Carlos Patiño
La figura de Carlos Patiño (1600-1675) sigue envuelta en una nebulosa, por mucho que se sepa que fue maestro de capilla de Felipe IV durante tres largos decenios. Estamos hablando del conocido como “Rey Planeta”, pues no hubo en la historia de la humanidad monarca que rigiera sobre tantos territorios. En Europa, en América, en Asia, en África… En su imperio nunca se ponía el sol. La música de Patiño era tan del agrado del penúltimo rey español de la dinastía Habsburgo, que este nunca a accedió a que se jubilara, a pesar de las reiteradas solicitudes formuladas por el músico en tal sentido debido a un estado de salud muy resquebrajado.
Hasta hace bien poco, la única referencia que los amantes de la música del XVII español tenían sobre Patiño era un CD publicado por la Sociedad Española de Musicología en 2000, coincidiendo con el cuarto centenario de su nacimiento, con obras recuperadas por Lothar Siemens. Lejos de ayudar a entender la magnitud de Patiño, aquella grabación lo que hizo fue crear una idea distorsionada del compositor conquense, de la que afortunadamente nos sacó el pasado mes de febrero Albert Recasens, quien, para la inauguración de la XXXI edición del Festival Internacional de Arte Sacro (FIAS) de la Comunidad de Madrid, dirigió en la Basílica Pontificia de San Miguel a su grupo, La Grande Chapelle, en la interpretación por primera vez en tiempos modernos de diversas obras sacras de Patiño, todas ellas escritas para la Corte de Madrid.
Pero Recasens ya había grabado en un CD el mismo programa en el verano anterior, el de 2020, en Portugal (Iglesia de san Quintín, en Sobral de Monte Agraço), ya que la grabación no se pudo hacer en España por las restricciones de movilidad derivadas de la Covid. Por fin la música de Patiño sonaba en todo su esplendor. Una música magnífica, propia de quien fue el más brillante compositor español del siglo XVII junto a Juan Hidalgo y Sebastián Durón. Que una música tan soberbia haya podido estar tanto tiempo oculta solo es posible en España, nación que se caracteriza por desdeñar lo mejor de su historia y de su cultura, cuando no por avergonzarse de ellas. El CD acaba de salir al mercado y será presentado, en un acto telemático, el próximo martes, 1 de junio.
Patiño se formó en la catedral de Sevilla, donde entró en contacto con el duque de Braganza y el futuro rey Juan IV de Portugal, con el que mantuvo correspondencia. Tras fallecer su esposa, quiso alejarse de la capital andaluza y se dirigió a Salamanca. Posteriormente partió a Madrid y consiguió la plaza de maestro de capilla del Real Monasterio de la Encarnación. En esos años consolidó su prestigio en la corte y en 1634 se convirtió en maestro de capilla de Felipe IV. Fue el primer no francoflamenco que logró ese puesto en la corte de los Habsburgo españoles.
Del extenso corpus vocal de Patiño, Recasens ha seleccionado para el disco algunas de sus composiciones religiosas en latín más emblemáticas, escritas para las grandes ceremonias de la corte. Entre las joyas recuperadas se encuentra una versión inédita conservada en Segovia del motete Maria Mater Dei, una de las composiciones predilectas de Patiño.
El álbum, con el título de Música Sacra para la Corte, ha sido publicado por el sello discográfico Lauda. En el acto de presentación, que será moderado por Julia Pavón, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, intervendrán, además del propio Recasens, el profesor e investigador de la Universidad de La Rioja, y colaborador de Scherzo, Pablo L. Rodríguez, a quien se deben las notas informativas del disco, así como Guillaume Kientz, director de la Hispanic Society de Nueva York, y Antonio Álvarez-Ossorio Alvariño, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid.