Albert Guinovart debuta en el Carnegie Hall de Nueva York
El próximo 22 de junio, el pianista y compositor Albert Guinovart hará su debut en el Carnegie Hall, una de las salas más prestigiosas y emblemáticas del mundo. El recital incluirá el programa de su más reciente proyecto discográfico, Poems Without Words, el quinto publicado por Sony Classical y su segundo trabajo monográfico para piano solo, en el que Guinovart interpreta sus últimas composiciones para piano. El álbum se ha convertido en uno de los lanzamientos más exitosos de los últimos meses, al alcanzar más de 100.000 escuchas en las plataformas de streaming en menos de cuatro semanas de su lanzamiento.
El recital, dedicado a la memoria de Alicia de Larrocha, y enmarcado en el año del centenario de la gran pianista catalana, con quien Albert Guinovart mantuvo una estrecha relación profesional y de admiración, incluirá también obras que la pianista ofreció en recital por todo el mundo como son los Valses Poéticos de Granados o las Danzas Fantásticas de Turina además, de un estreno mundial del propio Guinovart, Nocturn a Alicia dedicado a la recordada Alicia de Larrocha.
Poems Without Words nacieron en el duro periodo de la pandemia, un momento en el que Guinovart quiso regalar al público un rayo de esperanza y confianza en un futuro mejor, publicando cada día una pieza en sus redes sociales. Estas piezas, que se recogen en veinticuatro preludios, nos recodaron que la belleza es más que nunca necesaria en esos momentos tan duros.
El disco de Poems Without Words recoge también nuevas composiciones de Guinovart y por primera vez incluye una grabación de sus composiciones sobre poemas de Emily Dickinson. Según cuenta el crítico Juan Ángel Vela del Campo, “los cinco poemas para piano del compositor, basados en textos de Emily Dickinson, son la joya de la corona de esta nueva entrega de Guinovart. Dos grandes sensibilidades de diferentes periodos históricos se unen en un dialogo poético-musical tan sugerente como emotivo. Guinovart, traspasa en esta ocasión fronteras no solamente musicales sino también literarias y poéticas. Cinco piezas, cinco, de alrededor de tres minutos, con una música para la eternidad”.
(foto: A. Bofill)