Alarma en la música antigua española por el destino del realejo de la reina Juana y de un virginal de 1578

No puede decirse que el mundo de la música llamada clásica cuente con una entusiasta colaboradora en la figura de la nueva presidente de Patrimonio Nacional, Llanos Castellanos, designada para el cargo a finales del pasado mes de febrero por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Una de sus primeras decisiones fue abortar la renovación de Javier Estrella como asesor musical de esta institución, pese a que a este ya se le había comunicado que sería ser renovado y pese a que de los 72 conciertos que Estrella había programado para la presente temporada solo habían llegado a celebrarse tres (hubo, no hace falta decirlo, varias cancelaciones debido al confinamiento por el coronavirus).
Ante el revuelo y, sobre todo, ante el estupor que esta decisión había provocado, tan solo unos días después Castellanos revocaba su propia orden y a Estella se le notificaba que continuaría en su cargo al menos hasta finales del presente año. Mientras tanto, Castellanos tuvo tiempo de montar un ciclo de jazz al aire libre en varias dependencias de Patrimonio (jardines del Campo del Moro, patio del Palacio Real o Monasterio de San Lorenzo del Escorial), con la presencia de artistas como Ara Malikian, Zenet o Dulce Pontes, aunque, eso sí, sin que se haya llegado a explicar qué relación puede haber entre esa música o esos artistas con el patrimonio histórico nacional español.
Cuando apenas se habían acallado los ecos de aquel revuelo, Patrimonio Nacional se ve inmerso ahora en otra polémica. Hace escasas fechas, el Boletín Oficial del Estado publicaba una relación de objetos seleccionados para la inauguración del Museo de las Colecciones Reales, cuya sede se ubicará en un edificio situado en los jardines del Campo del Moro, junto a la Catedral de la Almudena y al Palacio Real de Madrid. En esa selección inaugural figuran dos instrumentos de un valor incalculable no solo en el aspecto musical, sino también en el histórico. Se trata del órgano realejo que perteneció a Juana I, reina de Castilla (Juana “la Loca”), y de un virginal construido en Amberes en 1578 por el flamenco Hans Bos, maestro que fue, entre otros, del gran constructor Johannes Ruckers. Ambos instrumentos se hallan desde el siglo XVI en el Convento de Santa Clara de Tordesillas, sin que en todo este tiempo hayan sido nunca trasladados y sin que la comunidad monástica haya sido notificada todavía de que van a ser definitivamente trasladados a Madrid.
La alarma se ha encendido entre otra comunidad, la de la música antigua española, como consecuencia de un rumor insistente que asegura que los dos históricos instrumentos van a ser restaurados en Murcia por un historiador del arte que también es policía local, quien posee una pequeña colección de instrumentos de tecla de finales del siglo XVIII y del XIX, los cuales ha ido adquiriendo y restaurando en los últimos años. Dicha persona hace constar en su página web que es “restaurador colaborador de Patrimonio Nacional”.
Sorprende que, antes de consumarse el traslado del realejo y del virginal a Madrid, a nadie de Patrimonio se le haya ocurrido solicitar asesoramiento técnico sobre si es aconsejable dicho traslado (y, si lo es, sobre una hipotética restauración posterior) a uno de los mejores organeros que hay en España, Joaquín Lois, quien precisamente tiene su taller en Tordesillas, bien cerca del Convento de Santa Clara.
Puestos al habla con la Dirección de Comunicación de la Presidencia de Patrimonio Nacional, la contestación recibida ha sido la siguiente: “Las dos piezas a las que se hace referencia son de un extraordinario valor histórico y musicológico. Formarán parte de la colección estable del Museo de las Colecciones Reales y actualmente se está preparando su traslado a los talleres de restauración del Palacio Real de Madrid. Durante los próximos meses, y debido a su singularidad e importancia, se procederá a un imprescindible estudio detallado previo de ambas piezas para valorar cuáles deben las intervenciones de restauración más adecuadas”.
Del comunicado se desprende que Patrimonio Nacional no ha decidido aún si les va a dar solo un uso ornamental al realejo de la reina Juana y al virginal de Hans Bos (de quien solo se conserva en todo el mundo otro instrumento como este, en el Metropolitan Museum de Nueva York) o si, por el contrario, tiene planes de que algún día puedan volver a sonar. Se desconoce, igualmente, si Patrimonio tiene intención de permitir a algún constructor de instrumentos antiguos de teclado estudiar pormenorizadamente estas dos joyas, al objeto de poder construir en el futuro réplicas, lo cual sería muy valorado por los intérpretes de música antigua.
En cuanto al rumor de que dicha restauración pueda ser finalmente encomendada al historiador del arte y policía local de Murcia antes referido, Patrimonio señala que “no puede hacerse responsable en ningún caso de las opiniones y manifestaciones que hagan terceros respecto a un proceso cuyos detalles aún están por determinar”, ni que pueda hacerse “responsable de las dudas o especulaciones que emitan terceros”.
Habrá, por tanto, que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
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