MADRID / El dúo Lee-Fierro pone en pie al público madrileño
Madrid. Iglesia de San Antonio de los Alemanes. 20-IV-2024. Jiyoon Lee, violín. Francisco Fierro. Obras de Brahms, Schumann y Schubert.
El sábado pasado, en la Iglesia de San Antonio de los Alemanes, única en Madrid de planta elipsoidal y pintada al fresco por completo —merece una visita—, se celebró un concierto especial de la Fundación Più Mosso. En el cartel, dos músicos: la coreana Jiyoon Lee, concertino de la Staatskapelle de Berlín, y el español Francisco Fierro, a quien ya pudimos escuchar junto con la violinista Yulia Inglinova y el violonchelista Javier Álbarés —el Trío Magnacore— hace tres meses en el Ateneo de Madrid (véase reseña aquí).
Con un nutrido público que acudió a la iglesia, Jiyoon Lee y Francisco Fierro ofrecieron un estupendo recital con obras de Johannes Brahms (Sonata para violín y piano nº 2 en la mayor op. 100), Robert Schumann (Tres Romanzas para violín y piano op. 94), y Franz Schubert (Sonata para violín y piano en la mayor D.574). Así, en ese orden cronológico: de más moderno a más antiguo, aunque las tres del siglo XIX. Brahms compuso la suya en 1885, Schumann escribió las Tres romanzas en 1849 y Schubert su sonata en 1817, es decir, que entre la primera y la segunda transcurrieron 36 años, y entre la segunda y la tercera, treintaiocho: la historia de los dúos para violín y piano resumida en casi tres cuartos de siglo.
Brahms dio a su opus 100 el título de “Sonata para piano y violín”, queriendo dar a entender que el papel del piano es tan importante o más que el del violín. De hecho, es el piano el que anuncia el tema inicial. Las tres primeras notas resemblan las de la Canción del premio de Walther de la ópera Los maestros cantores de Núremberg de Richard Wagner. De ahí, que esta sonata se conozca en ciertos ámbitos como «Los maestros cantores». La interpretación de Jiyoon Lee y Francisco Fierro fue de gran poderío técnico y bella musicalidad. La coreana tuvo un control increíble del sonido, buena afinación y energía; y el español no le fue a la zaga con las teclas. Un duelo a dos, pero dos que se escuchan y dialogan en el fragor de la música.
Cuando Schumann compuso las Tres romanzas, allá por diciembre de 1849, se dice que pasaba por una crisis maniaca. Originalmente, esta obra está escrita para oboe y piano, aunque ya la primera interpretación privada que se hizo de ella fue con violín en lugar de oboe: el violinista François Schubert con Clara Schumann al piano la interpretaron por primera vez el 27 de diciembre de aquel año. El violín de Jiyoon Lee sobresalió por su lirismo en cada una de las romanzas, muy bien acompañado por Francisco Fierro.
Y para concluir el recital, este dúo interpretó la sonata de Schubert conocida también como “Gran dúo”, lo cual ya dice mucho de lo que uno puede esperar al escucharla. Dividida en cuatro movimientos, el violín y el piano entablan un diálogo más lírico que virtuoso. Una vez más, la coreana brilló, especialmente en el Scherzo y ambos intérpretes demostraron su enorme calidad en el último movimiento que suscitó un gran aplauso por parte del público al que los dos artistas correspondieron con dos propinas: la Danza húngara nº 2 de Brahms y una Berceuse de Gabriel Fauré. La violinista, con un sonido delicado y meloso, exquisitamente acompañada por el pianista, creó una atmósfera intimista cuyo silencio se rompió con el aplauso de un público entusiasmado y buena parte en pie.
Michael Thallium