En los 50 años de Jörg Widmann

Pasión y determinación. Estas son las dos palabras que me vienen a la mente para definir la personalidad artística de Jörg Widmann. El músico total cumple 50 años y el mundo de la música está de celebración hacia un ser humano que abarca no solo talento a raudales sino bondad, y generosidad.
Muchos creen que su principal fuente de inspiración radica en Mozart, Schumann y Berg; yo estoy convencido que no sólo está fuertemente influenciado por ellos, sino en cualquier tipo de música que posea profundidad dialéctica, independientemente de su contexto histórico y periodo estético. De hecho la capacidad analítica de Jörg es apabullante, relacionando músicas de periodos variopintos y de muy diversa similitud como es el caso de Carl María von Weber, John Zorn, Pierre Boulez o Adriana Holsky. Podríamos definir a Widmann como un dinamizador musical cuya coherencia radica en la fuerte expresión a través de sus laberintos musicales.
El Jörg compositor ha tenido la virtud de ser continuista con la dialéctica musical alemana del siglo XIX, siendo no obstante iconoclasta en el tratamiento sonoro de su vasto cómputo musical, creando mixturas expresivas de inigualable tensión orgánica. Su filtro musical es su escucha interna y un férreo trabajo constante en la precisión a gran escala de su lenguaje. En la música de Jörg podemos escuchar desde ironía, burla, comedia, drama, pasión hasta todo tipo de emociones primarias, secundarias y terciarias. El Jörg director, es un integrador ecléctico de ricos repertorios dialécticos con voluntad unificadora. El Jörg clarinetista está dotado de una corporalidad innata a su gesto independientemente que toque Mozart, Widmann o mi propia música. El Jörg profesor es un dinámico incitador cuya capacidad crítica es tan intensa como su noble generosidad. El Jörg suma de todas sus partes ha devenido a los 50 años una fuerte luz que gravita tan naturalmente que destella inigualable energía, intensidad y consistencia entre su palabra y su pensamiento.
A título personal y como alumno de estrecha conexión con él, siento orgullo de conocer a un ecléctico joven Jörg que fluye como pez en el agua en sus múltiples facetas, cuya capacidad expresiva está aún en busca de nuevas formas acordes a su magnitud y cuyo carácter espontáneo, extrovertido y ávido contagia por su afabilidad y humildad a todos los que estamos a su lado.
¡Felices 50!
David Moliner

