Vanguardia y falsa conciencia
Mi amigo Contreras (¿amigo?) me hace un nuevo reproche. Hace algo más de dos años publiqué en la revista Las Puertas del Drama una versión abreviada de un estudio amplio, Modernidad y vanguardia como falsa conciencia. Trataba de música, pero se dirigía a gentes de teatro. Quise decir algo muy concreto con ese ensayo: “No os fieis de los que se dicen vanguardistas, tratan de engatusar a las instituciones y de apartarte a ti de sus merecimientos”. Esto, en resumen, pero era bastante más. Prometí publicar en este blog de Scherzo.es la versión completa. Contreras me lo recuerda, con ese poquito de acritud que le caracteriza. Cumplo ahora con aquel compromiso, que poca gente habrá echado de menos, para qué engañarnos.
Como está dirigido a gente de teatro, se dan por no sabidas historias musicales que el aficionado sin duda conoce de sobra. Entre unas cosas y otras, el ensayo puede resultar adecuado para ambos tipos de público. Se han puesto al día algunas cuestiones. A finales de 2011, cuando se publicó la versión abreviada, aún vivían Henze y Dutilleux, así que ahora se cita a estos espléndidos y entrañables músicos de otra manera. Hay otros cambios menores, pero ninguno sustancial. Sigo en mis trece, y que las musas me perdonen. O que perdonen ellas a quien toma su nombre en vano.
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