Un pobre diablo
El éxito de la ópera Faust de Gounod llevó a la Ópera de París a incluirla en su repertorio en 1869. La populatidad de la obra corrió paralela con esta suerte de consagración oficial porque ese mismo año aparecieron en tablados menos solemnes dos parodias de la misma: Le petit Faust de Hervé y Faust et Marguerite de Frédéric Barbier. Tomar el pelo a un asunto tan grave como la salvación/condenación del ser humano venía de antes pues ya en 1858 se había conocido el sainete Méphistophelès con música de un tal Ruytler. No faltaron divertimentos menores pero más procaces en distintos espectáculos de género ínfimo. Tampoco, notas de periódicos indignadas por el manoseo al cual se sometía una partitura ya incorporada al panteón de las glorias nacionales.
He mencionado que estas carcajadas añadidas sobre el gran drama teológico y moral inspirado por Goethe, prueban que la música de Gounod se había popularizado porque en estas obras livianas y jocundas hay versiones paródicas de momentos muy señalados en la ópera seria: al vals de las joyas, el dúo de amor, la serenata del Demonio, la balada del rey de Thulé, etc. Pero lo más importante en cuanto al punto de vista desde el cual se monta la broma es que los personajes son sustraídos del mundo histórico y legendario para traerse a la actualidad, al medio de la pequeña burguesía francesa donde hay artesanos y comerciantes que intentan hacer dinero fácil, empresarios de teatro cutres y zafios, doncellas que abandonan fácilmente su doncellez y se convierten en cortesanas. ¿Offenbach? Sin duda, entre bambalinas sugiere la risa ese auténtico demonio de la ironía que fue el rey de la opereta francesa. En este caso como en la mayoría de los ejemplos donde el teatro nos hace reír, la reacción cómica suele ir motivada por lo más serio de nuestras vidas, tan serio que no podemos asumirlo y nos defendemos riéndonos. El mal, el dolor, la muerte, la pobreza, el terror se enmascaran con amable jocundia. ¿Quién no ha llorado de la risa? Y ¿qué arte es más capaz de llevarnos de la mano entre ambos extremos sino la música?