Polonesa
Unas pocas palabras sobre un programa que Radio Clásica me ha dado la oportunidad de desarrollar este verano. Han sido 12 capítulos de una hora, los domingos, desde el 3 de julio hasta el 18 de septiembre. Lo que se oía: música polaca desde Szymanowski. De lo que hablábamos: historia, teatro, literatura y otras cuestiones polacas. Me preguntaban: ¿y Chopin? Chopin hubiera sido gigantesco, y ya tuvo su centenario en 2010. Ahora tocaba dar a conocer a algunos compositores nuevos, los del proyecto Jóvenes compositores polacos en homenaje de Chopin, que alrededor del Centro Penderecki llevan estudiando en posgrado, tocando, componiendo y grabando. Hemos hablado de ellos hace un año en esta revista (nº 257, noviembre 2010). Por el programa de Radio Clásica desfilaron obras de todos ellos, más de Szymanowski, Panufnik, Lutoslawski, Kilar, Górecki, Swider, y desde luego del grandísimo Penderecki. Y de unos cuantos más. Algún que otro escrito de adhesión o felicitación (nada masivo, desde luego) me anima a recordar que ahora se pueden oír estos programas gracias a los podcasts de Radio Nacional de España. Así que más abajo les incluyo el enlace para escuchar alguno de esos programas.
Varias preguntas se referían a las músicas de introducción, a las “caretas”. La primera, para violín solo, era Capricho polaco, de Grazyna Bacewicz, en interpretación de Patricja Piekutowska, unos dos minutos penetrantes, virtuosos. En una de estas bitácoras nos referíamos a Gazyna y a Patricja (1 de junio pasado). La otra música era la Polonesa de la película Pan Tadeusz, de Andzej Wajda, compuesta por Wojciech Kilar.
Hay polonesas y polonesas. Las de Chopin son famosas, bellas e indiscutibles. Una de Glinka está al servicio del poder zarista, en La vida por el zar, obra bella e inaugural de la escuela rusa, pero portadora de un chauvinismo casi semejante al de Los maestros cantores. En cambio, otro ruso, P. I. Chaikovski, compuso una de las polonesas más brillantes de todos los tiempos: está al comienzo del tercer acto de Evgeni Onegin. La de Kilar para Pan Tadeusz es brillante, y emociona ver a esos polacos lituanos enfrentarse al siglo XIX que comienza y en el que serán tan desdichados como nación, al fracasar su esperanza en Napoleón e imponerse la ocupación de Prusia, Austria y, sobre todo, Rusia. Digo “sobre todo” porque la mayor parte del territorio polaco estaba bajo dominio ruso, y se llamaba el Reino del Vístula, puesto que “Polonia” era un nombre prohibido.
Si pueden ver Pan Tadeusz en DVD, háganlo cuanto antes. La película, una belleza, se refiere a cuestiones históricas lejanas para nosotros, tal vez (¿cuáles no lo son?). Por eso, algunos críticos cinematográficos, en su ignorancia, la desestimaron. Como desestimaron, en su insensibilidad, la última obra maestra de Wadja, Tátarak, Cáñamo, y acaso por eso no se ha estrenado en nuestro país. Que Dios los perdone.
Les dejo con el enlace de Capriccio polaco y con la escena de la Polonesa de Pan Tadeusz. La joven Zosia le ruega al músico judío que toque, éste se hace de rogar un poquito, pero al fin se decide y toca el cimbalon: Zosia es casi una niña, pero es bella, insistente, persuasiva. Y el poema Mickiewicz en que se basa la película (1834) nos introduce en esta hermosura de música e imágenes.
1 comentario para “Polonesa”
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