Nadia Boulanger, una ópera
La página de Scherzo cambia y mejora, ya lo saben. Es el momento de regresar a nuestras bitácoras, tal como adelanta el editorial del número de abril que ahora aparece. La sección de noticias nos tenía ocupados en la crónica de todos los días. Las bitácoras quedaron sin alimento durante bastante tiempo.
Aprovecharé este regreso para referirles brevemente un proyecto en el que está inmerso este redactor. Al mismo tiempo que la Fundación Juan March dedica una serie de conciertos a Lili y Nadia Boulanger, quiero decirles que ya está compuesta, y en proceso de orquestación, una ópera sobre Nadia. La idea es del compositor Antoni Parera Fons (compositor de la ópera María Moliner y excelente músico para la voz) y el director escénico y escenógrafo Paco Azorín, que en este momento es uno de los creadores escénicos más importantes. Ellos me pidieron un libreto sobre Nadia Boulanger. El libreto tenía que estar escrito en francés; no se podía hacer cantar a Nadia en castellano, en catalán o en inglés, por poner dos idiomas de los autores y uno que es lingua franca. Nadia, tan francesa ella a pesar de tener una madre rusa, tenía que cantar en francés.
La vida de Nadia Boulanger no es una vida de aventuras o de pasiones, persecuciones o intrigas. Uno de los doce tableaux en que dividimos la acción ironiza sobre eso: ¡cómo!, ¿una ópera sobre Nadia Boulanger? Imposible. Es cierto que Nadia no vivió los tormentos de, por ejemplo, Marina Tsvietaieva o Anna Ajmátova, contemporáneas suyas, mas también lejanas y ajenas. La primera me inspiró un texto dramático concluido hace algún tiempo.
Hace tan solo dos números de Scherzo reseñábamos el libro Mademoiselle. Conversaciones con Nadia Boulanger, de Bruno Monsaingeon (Acantilado), entrevistas a fondo con la ya anciana Nadia que, como pueden ustedes comprender, fue uno de los libros que me enseñaron del camino que tendría que recorrer el libreto. Y el año pasado recordábamos el centenario de la muerte de Lili, con la presencia de su desolada hermana mayor, Nadia. No es tanto la vida de esta maestra de tantas generaciones de compositores, musicólogos e instrumentistas lo que narramos en la ópera. Nos interesa más su persona y sus fantasmas. Y en especial dos fantasmas importantes de su vida: su hermana Lili, la genial Lili, desaparecida a los veinticuatro años; y la música, de la que se sabía y se confesaba insaciable. También otros, no crean. No se agota ahí la producción de fantasmas de una persona con ese espíritu rico, generoso y con tantas vivencias en el mundo del arte y la cultura. No solo francesas.
En la foto: Nadia con Maria Modrakowska y Marie Blanche de Polignac, c. 1935.