Carnaval
Siga el corso. No es un tango desconocido, pero no es el tango canción que evocaría el público de este lado. No es Barrio, no es Caminito, no es Volver. No es Esta noche me emborracho, ni Gira gira. Ni El día que me quieras. Siga el corso es un tango que evoca un carnaval y un misterio amoroso, y no tiene matiz de barrio ni acude al lunfardo. Hay un refrán, pero a ese refrán lo sitúan muy bien dos introducciones. “Esa colombina puso en sus ojeras…” “Aquella marquesa de la risa loca…” Detrás de cada una de ellas, el refrán: “Decime quién sos vos…”
Siempre asocié Siga el corso y la novela El sueño de los héroes, de Adolfo Bioy Casares. Por razones obvias, claro; no se trata de una inconsciente cerebración genial, como habría podido decir Valle. En ambos casos hay una muchacha con antifaz que se escapa del protagonista. Hay una narración en tercera persona en el relato, y hay una exclamación del galán en el tango: “Decime quién sos vos, decime dónde vas, alegre mascarita que me gritas al pasar: ‘Ya sé, me conocés, adiós, adiós, adiós, yo soy la misteriosa mujercita que buscás’…” La base de Bioy es realista, incluso costumbrista, pero la lógica del doble entrevero es fantástica. La historia que sugiere el tango canción Siga el corso es también realista y costumbrista, incluso se habla de una “linda maragata” en el desfile carnavalero, esto es, una dama vestida con traje regional de la Maragatería. Francisco García Jiménez, autor de la letra, tiene un nombre muy español. Nada italiano, quiero decir. La música es de Anselmo Aieta, espléndido bandoneonista que insistió en componer músicas para letras de disfrazados, mas también para otras que no lo son: La mentirosa, Bajo Belgrano, Mariposita.
Ya no recuerdo qué fue antes en mi vida, si el tango canción de Jiménez y Aieta, con Gardel, claro está; o la novela de Bioy. Pero están asociados. En algún momento los asocié, qué sé yo. Conocí a Bioy Casares, y llegué a estar con él a solas en dos ocasiones. Le hice preguntas, claro. Sobre el Buenos Aires de antaño. Sobre Borges, claro. Mas también sobre Victoria Ocampo y sobre Drieu la Rochelle, invitado allá por Victoria, criolla ilustrada comehombres. Eran tantas las preguntas y tantas las respuestas, que al final olvidé hacerle ésta, y ahora es tarde. Nunca sabré si Bioy partió de Siga el corso para escribir El sueño de los héroes, que he leído al menos en tres ocasiones. Después de escribir esto creo que lo haré una cuarta.
“Sacate el antifaz, canta-dice lloroso el bueno de Gardel, te quiero conocer, tus ojos por el corso van buscando mi ansiedad; tu risa me hace mal, mostrate como sos… Detrás de tu desvío todo el año es carnaval”. Detrás de tu desvío… Veo que tendría que hacer alguna pregunta más. A Jiménez, en este caso. Detrás de tu desvío: confieso que no lo entiendo. Ahora bien, si se trata de una licencia poética, eso es otra cosa. Aunque, quién sabe: acaso Aieta compuso la música y Jiménez se vio felizmente forzado por ella a determinadas palabras y sílabas. O puede que sea una expresión porteña de por entonces (los años veinte). Todo el año es carnaval: vamos disfrazados todo el tiempo, será eso. Pero esos disfraces del año entero no son ya de fiesta. No sé, no sé… “Bajo los chuscos carteles cruzan los fieles del dios jocundo… y le va poniendo al mundo sus cascabeles el carnaval”. Espero que la memoria no me haya traicionado mucho en cuanto a la letra. Podría consultarlo, tengo por ahí un doble álbum de Gardel creo que con los textos. Y, además, está Internet, caramba.
Escuchaba en tiempos Siga el corso en interpretación de Gardel con acompañamiento de guitarras. Pero había un disco con superposición de una orquesta, la de De Angelis, creo recordar. Ortodoxos del tango canción y sencillos aficionados abominaban de aquella “monstruosidad”. No sé, quizá no era para ponerse así. “Un pintoresco brote sobre la noche de carnaval…”